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Cervezas artesanales mexicanas que se venden por una buena causa

Aunque la cerveza no es endémica de esta tierra, los mexicanos tenemos un romance intenso con ella.De hecho, la producción local tiene una tradición bastante amplia. La primera fábrica cervecera del país nació solo un par de décadas después de la conquista. Y algunas de nuestras cervezas nacionales tienen fama mundial.

Por otro lado, hay una creciente escena de cervezas artesanales, que promete volverse una industria sólida en los próximos años, sobre todo porque, no tan lentamente, los paladares de los mexicanos comienzan a agarrarle mucho cariño a los sabores y experiencias que solo se pueden recibir de una cerveza hecha artesanalmente; con buenos ingredientes, procesos experimentales y en una escala moderada.

Otra buena razón para tomar cervezas artesanales es que, para poder portar el título tienen que cumplir con una serie de condiciones, entre ellas, haber sido producidas por una empresa independiente, de capital familiar, y, sobre todo, no pertenecer a una transnacional. Así que cuando bebes de estas botellas, estás apoyando las pequeñas economías locales y comunitarias.

Por si fuera poco, hay en México una serie de cervezas artesanales que, además de sostener economías pequeñas, ser productos sustentables, en muchos casos orgánicos y estar deliciosas, apoyan a algunas de las causas más entrañables y urgentes, volviendo su existencia muy relevante en todos los sentidos.

Vaquita marina de Wendlandt

La cervecería artesanal Wendlandt, de Ensenada, dedicó a la vaquita marina la american pale ale de la casa; una cerveza de color dorado intenso, con 5.2 grados de alcohol. Aliados con Lorenzo Rojas, un biólogo y activista ambiental, los dueño de la cervecería, realizan fiestas para recaudar fondos que otorgan a distintas organizaciones y fundaciones involucradas en la conservación de la vaquita.

La Brü Maíz Azul

El maíz es sin duda el ingrediente clave de la gastronomía mexicana. Tristemente, nuestro maíz nativo está en peligro de extinción. Una de sus variaciones icónicas es el precioso y dulce maíz azul.

Para honrarlo y ampliar su consumo y también la economía de los pequeños agricultores que lo producen, Cerveza La Brü presentó Maíz Azul, una Cream Ale clara, de cuerpo ligero, hecha con maltas mexicanas y maíz azul orgánico, originario de Michoacán.

Además de apoyar la milpa, un porcentaje de la compra de esta fresca joya se destina a los proyectos de Slow Food México, organización dedicada a la preservación de la biodiversidad alimentaria. Es maridaje perfecto de un chilito en nogada.

Cervezas Sanadoras del Círculo de mujeres cerveceras de Tepito

Veneranda Pérez es artista visual y mujer cervecera. Junto a su familia tiene un negocio de cerveza artesanal en el barrio de Tepito en la CDMX, uno de los sitios más socialmente complejos de la capital. Después de vivir un episodio muy violento en su calle, decidió empezar a construir soluciones. Así nació el colectivo Tenoch 40, de donde deviene el Círculo de mujeres cerveceras del barrio de Tepito. Estas mujeres pretenden transformarse en una cooperativa, construyendo así un espacio productivo, pacífico, de aprendizaje, intercambio y economía comunitaria.

Cerveza Apolo

Apolo and Friends es un colectivo que se define como un “grupo interesado en visibilizar y dignificar al perro mestizo y en adopción.” Así se dedican a rescatar y rehabilitar y fomentar la adopción de perros en situación de calle y abandono. Y una de sus formas de financiamiento es la Cerveza Apolo, clara, con notas cítricas y un poco amarga (como cáscara de naranja). De las ventas de esta delicia, un porcentaje se va a los proyectos del colectivo.

Con información de Más de México

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