En viles extorsionadores se han convertido los inspectores de Comercio que operan en el Mercado Bicentenario ante el aparente contubernio de la directora Bety Benavente a quien, aseguran, le han notificado en varias ocasiones de las condiciones deplorables en que se encuentra el centro de distribución y abasto sin que, hasta el momento, se tomen medidas para frenar la creciente inseguridad, se atiendan las malas instalaciones, ni se ponga un alto a los abusos que cometen inspectores, vigilantes y administrativos en perjuicio de los comerciantes y hasta de los clientes.
Son muchas las denuncias de los propios comerciantes que, por miedo a represalias, prefieren guardar su identidad, sin embargo, todas coinciden en que el Mercado Bicentenario se ha convertido en un nido de delincuentes, comenzando por aquellos que deberían atender las problemáticas del lugar o garantizar la seguridad del mismo.
Precisan que, de un tiempo para acá, los inspectores se han vuelto violentos y agresivos en contra de los comerciantes a quienes amenazan de toda forma posible para que paguen las cuotas por el servicio de vigilancia y limpieza, sin embargo, aunque se cumple con este cobro, el mercado está convertido en un verdadero muladar porque no hay intendencia ni personal de mantenimiento. A eso se agrega el deterioro de luminarias y de las calles principales donde se han formado enormes baches que han dañado vehículos de clientes y vendedores.
Por su fuera poco, gracias al sistema de video vigilancia que los mismos comerciantes han instalado, descubrieron que son los mismos vigilantes quienes roban y saquean los puestos, la mayoría de ellos de gente humilde que trabaja desde muy temprano para ganarse el sustento para sus familias. Prueba de estos atracos es la denuncia que ya existe en contra del vigilante Gregorio M. quien ha quedado expuesto como ladrón al ser grabado en varias ocasiones. Pese a la evidencia, la administración se ha negado a despedirlo.
Los afectados insisten en que se ha notificado a las autoridades municipales, a la Dirección de Comercio y a la Presidencia, lo que sucede, sin embargo, Bety Benavente les ha dado la espalda, al grado de que, ni siquiera, les ha arreglado el portón de la entrada principal que lleva meses sin poderse abrir, los baches cada vez son más grandes y el deterioro general del mercado es tal que ha comenzado a afectar las ventas pues los clientes han dejado de asistir por miedo a ser víctimas de algún delito o a que se descompongan sus vehículos.
Ante esta situación, los comerciantes del Mercado Bicentenario demandan la intervención inmediata del alcalde Enrique Galindo para que les dé una solución pues el problema ha ido en aumento sin que, hasta el momento, se vea cómo frenarlo pues los inspectores prefieren extorsionar a los vendedores en vez de trabajar para mejorar las condiciones tan lamentables en que se encuentra este centro de distribución y abasto ubicado al norte de la capital potosina.
