Ciudad Valles, S.L.P.- Productores cañeros de la región huasteca, de cuyos cultivos dependen aproximadamente 40 mil familias, claman ayuda al presidente Andrés Manuel López Obrador para que destine recursos que rehabiliten los caminos destruidos desde hace más de 10 años y abandonados por las autoridades municipales, estatales y federales.
Los productores buscaron, infructuosamente, una reunión con el presidente AMLO durante su visita a la región, este fin de semana, para entregar las primeras becas Benito Juárez a estudiantes universitarios, lo invitaron a recorrer la zona para que se percate de las condiciones camineras, apenas reparadas por los usuarios, de acuerdo a su capacidad, inclusive llenando con tierra algunos baches, producto de las malas condiciones de las vías.
El camino más destruido es el que lleva del municipio El Naranjo, hacia Micos, en Valles, que significa el eje carretero-cañero más importante de la región. De acuerdo con los usuarios, lo que se requiere en esa red es reencarpetar, no bacheando y que considerando que el presidente Andrés Manuel es el defensor de los pobres, “ojalá que los haga nuevos”.
Esta rúa consta de 84 kilómetros y es utilizada por los productores que abastecen a los cuatro ingenios de la región.
Entre la gente que depende de esa industria se encuentran obreros, cortadores, choferes, transportistas, entre otros, que mantienen viva la economía de la región, por lo que piden ayuda al presidente, a quien dirigirán una carta ante la imposibilidad de tener una audiencia con él, pues el senador por morena, Primo Dothé, anda en las alturas, ya no recibe a la gente, anda en los negocios y en las parrandas, en tanto que el diputado por el V Distrito con cabecera en Valles, Ricardo del Sol, también ignora las necesidades de los cañeros, pese a que trabaja en sus aspiraciones de ser gobernador.
En la medida de sus posibilidades los cañeros arreglan tramos, pero debido al uso pesado del camino, se mantienen en cuestionables condiciones, por eso pedirán la ayuda de AMLO.
Los cañeros se quejan que los ingenios nunca quieren cooperar, se hacen patos a pesar de ser los más beneficiados de la caña, mientras los productores siguen en la pobreza.
