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Caldo de pollo: un platillo nutritivo que fortalece el organismo

El caldo de pollo aporta proteínas, minerales y vitaminas esenciales.

El caldo de pollo, además de ser una receta tradicional en muchos hogares, es una fuente importante de nutrientes que aportan beneficios para la salud. Su combinación de proteínas, minerales y vitaminas lo convierte en una opción recomendada para la recuperación física y el fortalecimiento del sistema inmunológico.

La proteína presente en la carne de pollo contribuye a la reparación de tejidos y al mantenimiento de la masa muscular. El caldo también es rico en minerales como calcio, fósforo y magnesio, esenciales para la salud ósea, así como en zinc, que favorece la cicatrización y refuerza las defensas.

Cuando se prepara con verduras como zanahoria, apio, calabaza y papa, el aporte de vitaminas A y C aumenta, lo que ayuda a mejorar la visión, la piel y la resistencia del cuerpo frente a infecciones. Además, el colágeno que se libera de los huesos del pollo durante la cocción puede favorecer la salud de las articulaciones y la elasticidad de la piel.

El contenido de líquidos y electrolitos del caldo lo hace ideal para hidratar el organismo, especialmente en casos de resfriados, gripes o recuperación post-enfermedad. Su consumo caliente también ayuda a descongestionar las vías respiratorias y proporcionar una sensación de bienestar general.

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