
El sector automotriz se encuentra en plena transformación con el desarrollo de baterías más potentes y seguras. Universidades y empresas tecnológicas han logrado avances que permiten a los autos eléctricos recorrer distancias mayores sin necesidad de recargar con tanta frecuencia.
Una de las innovaciones más prometedoras son las baterías de estado sólido. Estas reemplazan el electrolito líquido por un material sólido que mejora la seguridad y eleva la densidad energética, lo que significa más kilómetros por carga.
Otro punto clave es la velocidad de recarga. Los nuevos prototipos ya prueban tiempos de menos de 15 minutos para obtener energía suficiente, un paso importante frente a las horas que se requieren actualmente en muchos modelos.
El reto principal sigue siendo económico. Los investigadores trabajan en abaratar los procesos de producción para que estas baterías lleguen pronto al mercado y se conviertan en una opción accesible para los consumidores.