
El tiroteo registrado el lunes en un edificio de oficinas de Manhattan dejó como saldo varias víctimas y una investigación en curso que apunta a un posible móvil relacionado con la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL). Las autoridades hallaron una nota escrita por el atacante, Shane Tamura, en la que expresa su inconformidad con la liga deportiva, mencionando una enfermedad cerebral degenerativa asociada con traumatismos repetidos.
El agresor, originario de Las Vegas, llegó a Nueva York horas antes del ataque. Estacionó un vehículo BMW negro frente al edificio que alberga oficinas de la NFL y otras firmas como Blackstone, y entró armado con un rifle tipo M4 poco después de las siete de la noche. De acuerdo con los reportes policiales, abrió fuego contra un oficial fuera de servicio que intentó detenerlo, y luego disparó contra una mujer que intentaba resguardarse.
Tamura continuó su recorrido por el vestíbulo, donde atacó a un guardia de seguridad y a otra persona. Posteriormente, tomó un elevador hasta el piso 33, donde disparó a una persona más en una oficina inmobiliaria, y luego se quitó la vida.
Las primeras investigaciones sugieren que el objetivo del atacante era llegar a las oficinas de la NFL, aunque se presume que entró por error en otro ascensor. El documento que dejó incluía una solicitud para que su cerebro fuera examinado tras su muerte, con el fin de detectar encefalopatía traumática crónica (ETC), un padecimiento vinculado a golpes repetidos en la cabeza, común en exjugadores de futbol americano.
Shane Tamura, de unos 40 años, habría jugado fútbol americano a nivel preparatoria en California, sin nexos conocidos con equipos profesionales. Las autoridades consideran que el ataque fue planeado con poco tiempo de anticipación, dificultando el rastreo de sus pasos y conexiones previas.