Amenazas de muerte, golpes y humillaciones de todo tipo han sido la constante en la vida de José, quien encontró un verdadero infierno en la vida de pareja. Con apenas 20 años de edad, nunca se imaginó que la misma mujer, por la que alguna vez llegó a sentir amor y con quien concibió una hija, quien terminaría convirtiéndose en su principal agresora.
La pesadilla comenzó hace varios meses, poco después de que nació su hija cuando, de forma sorpresiva, su pareja adoptó actitudes violentas que pasaban de los insultos a los golpes con toda clase de objetos. La primera denuncia ante las autoridades dada de agosto de 2020, sin embargo, a la fecha, el caso está congelado.
Tras la primera agresión y con la relación de pareja rota, José optó por separarse y regresó a casa de sus padres en donde también recibió diversas agresiones, ahora respaldadas por la familia de su expareja al grado de que, en montón, acudían a causar destrozos, amenazarlo y violentar a sus familiares. En estos hechos, la propia hija de José resultó con heridas de consideración.
El más reciente ataque ocurrió a principios de este mes; dos mujeres y dos hombres llegaron acompañando a su expareja, violentaron la puerta del domicilio e ingresaron, lo golpearon y le arrebataron a la bebé. Los vecinos se percataron de lo sucedido e intentaron intervenir pues los agresores se retiraron del lugar llevándose consigo a la pequeña bebé.
José acudió a la Fiscalía General del Estado, sin embargo, ahí le informaron que, por la condición en que se encontraba, debía ir a algún hospital a recibir atención médica. Al hospital llegaron agentes policiacos que se negaron a identificarse y se lo llevaron en calidad de detenido alegando que la mujer, su expareja, también estaba herida. Durante la detención, explica el afectado, se violentaron sus derechos pues no fue remitido a la autoridad competente, sino que lo trajeron de un lado a otro con la intención de intimidarlo pues, supuestamente, los agentes policiacos, de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, son conocidos del papá de su expareja.
Han sido cuatro las denuncias que ha presentado José ante la Fiscalía General del Estado, todas están congeladas. Asegura que los agentes, lejos de darle la atención adecuada, se burlan de él por no defenderse o porque no creen que una mujer pueda ser la causante de estas lesiones. A la fecha, lo único que ha conseguido es un abogado de oficio que, acertadamente, le proporcionó la Comisión Estatal Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEEAV).
Ante estos hechos, José teme por su seguridad, la de su familia y, desde luego, por la de su hija de apenas 10 meses de edad que se encuentra con su madre, ya que, a pesar de la evidencia y de todas las denuncias, las autoridades se han negado a emitir medidas cautelares ignorando las denuncias y humillando al agredido a quien tachan de tonto por «no defenderse y dejarse pegar por una mujer».
