Un grupo de constructores denunciaron que el presidente municipal, Xavier Nava Palacios, y el director de obras Marco Antonio Uribe Ávila están peor que sus antecesores Ricardo Gallardo y Mario García, porque haciendo gala de marrullerías entregan obras sólo a sus amigos y colaboradores, violentando las leyes y faltando a la honestidad.
Según los quejosos, en los primeros cuatro meses de la actual administración, se invirtieron 70 millones de pesos que fraccionaron para saltarse la ley y asignar en forma directa obras a sus «cuates», evadiendo la obligación de concursar o licitar como dice la norma.
De acuerdo a los criterios legales, las obras se pueden subdividir por emergencias naturales, de salud, o la inminente pérdida del dinero por vencimiento de plazos estatales y federales, pero a Marco Antonio Uribe la ley le vale menos que un cacahuate, pues se pasa las normas por donde le da la gana.
Uribe Ávila también consciente de manera arbitraria a sus socios y amigos de TNT Construcciones, así como a los financiadores de la campaña de Xavier Nava Palacios, como los Torres Corzo, quienes facturan hasta con 16 razones sociales diferentes, y los Muñiz Werge entre otros.
Como constructor, Uribe, además de ser maleducado, grosero y hasta violento, es mal quedado con las obras y «chambón«. Aportaron como ejemplos el retraso de más de un año en las obras de la Universidad Tecnológica de Rioverde, cuyo costo asciende a 15 millones de pesos, o el vencimiento de plazos en la Universidad de Ciudad Satélite que debió concluir en diciembre de 2018.
Favorecido como presidente de la CMIC, y ahora bajo el amparo del poder político y del alcalde Xavier Nava, también arrumbó pequeñas obras en Villa de Ramos, por un monto de cinco millones de pesos, por lo que el actual ayuntamiento de Ramos valora la posibilidad de presentar denuncias penales en su contra.