
Ciudad Valles, S.L.P. – En plena ola de calor, con temperaturas superiores a los 45°C, una abuelita fue abandonada durante más de dos horas dentro de un vehículo estacionado en la zona centro de Ciudad Valles. Sin agua y sin posibilidad de salir por sí sola, su vida estuvo en riesgo mientras su familiar acudía, presuntamente, al banco.
El hecho ocurrió frente a la tienda deportiva Godoy, donde testigos relataron que dos mujeres adultas llegaron en un automóvil compacto blanco. Una de ellas descendió y dejó a la señora en el interior. Las puertas delanteras estaban sin seguro y con las ventanas abajo, pero las traseras, donde iba la mujer mayor, permanecían cerradas y sin posibilidad de abrirse desde adentro.
Un bolero y dos empleadas del lugar notaron la presencia de la abuelita. Al principio parecía tranquila, pero con el paso del tiempo comenzó a mostrar signos de desesperación. Después de más de una hora y media, tocó el claxon insistentemente tratando de llamar la atención de su familiar, que estaba —según ella— a más de una cuadra, en un banco.
Una pareja que pasaba en una cuatrimoto se acercó al ver lo que ocurría. Apenada, pero visiblemente afectada por el calor, la señora les pidió con voz débil un poco de agua. Apenas podía hablar. Dijo que su hija la había dejado ahí y no recordaba su número telefónico. El joven conductor se dirigió a comprarle un vaso de agua de jamaica, que bebió de inmediato con evidente desesperación.
Vestía pantalón de tela que ya se había arremangado, pues el sol le daba directo en el costado derecho. No podía salir sola: necesitaba su bastón y apoyo para incorporarse. Un grupo de mujeres, incluida la que firma esta nota, la convenció con paciencia de que descendiera del vehículo y se refugiara en un local cercano, donde le ofrecieron una silla y agua fresca para hidratarse.
Minutos después llegó la hija. Al ver que su madre no estaba en el coche, se mostró molesta. A regañadientes fue por ella. Personas presentes le exigieron respeto y que no la reprendiera, dejando claro lo grave de la situación: su madre pudo haber sufrido un golpe de calor o incluso algo peor.
Lo más preocupante es que este caso no es un hecho aislado, sino reflejo de un problema de abandono disfrazado de descuido. Dejar a una persona adulta mayor encerrada bajo el sol, sin supervisión ni medios para salir, no solo es inhumano, es criminal.
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