Estamos entrando al 2026, un año que, desde la energía espiritual, estará regido por dos poderosos arcángeles: Metatrón y Rafael. Su presencia marca un ciclo profundamente transformador, enfocado en la sanación, la claridad mental y la creación consciente de nuestra realidad.
Metatrón, considerado el arquitecto del universo, nos invita a ordenar nuestros pensamientos, a dar estructura a nuestras ideas y a alinear la mente con el propósito del alma. Rafael, por su parte, trae una energía de sanación integral: cuerpo, mente, espíritu, emociones, relaciones y finanzas. Juntos nos recuerdan que no estamos destinados al dolor, la carencia ni el miedo, sino a vivir desde la plenitud.
Este 2026 será un año de cierres importantes, pero no desde la pérdida, sino desde la sanación. Cierres que liberan cargas del pasado, heridas que se integran y situaciones que finalmente dejan de doler. Es un año para soltar ataduras, romper viejos patrones y permitir que el alma se alinee con su verdadero propósito.
También es un año para definir, para poner fechas, intenciones y dirección a los proyectos. Metatrón nos impulsa a crear planes claros y realistas, mientras que Rafael nos acompaña sanando los miedos que muchas veces nos impiden avanzar. Viajes, cambios de entorno, nuevas experiencias y aprendizajes serán clave en este ciclo, especialmente aquellos que expandan nuestra visión de vida.
La intuición estará especialmente despierta. Los sueños, las señales y las corazonadas se convertirán en guías importantes. Los ángeles no decidirán por nosotros, pero sí nos mostrarán el camino para que tomemos decisiones más conscientes y alineadas con nuestro bienestar.
Aceptar la energía de Metatrón y Rafael implica permitirnos recibir. Recibir ayuda, milagros, oportunidades y regalos del universo. La pregunta clave para este año es: ¿cuánto estoy dispuesto a recibir? Porque todo está disponible, pero solo llega cuando creemos que lo merecemos.
Desde esta energía, se nos invita a una meditación profunda de sanación y manifestación, un viaje interior donde el cuerpo se relaja, la energía se limpia y el campo áurico se abre a nuevas posibilidades. Visualizar los doce meses del año, agradecerlos uno a uno y permitir que cada uno traiga sus dones es una forma poderosa de anclar esta energía.
El mensaje central de este 2026 es claro: no caminas solo, no caminas sola. La sanación es posible, la abundancia es real y la magia está disponible aquí y ahora. Solo hace falta abrir el corazón, confiar y permitir que la luz haga su trabajo.
Que este nuevo año sea un ciclo de claridad, sanación profunda y creación consciente.
Juanjo Flores
