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[VIDEO] Ulises Careaga, el monaguillo más famoso de Matehuala

Ulises continúa siendo un referente de devoción, un joven que demuestra que la fe puede vivirse con entusiasmo, compromiso y corazón

Ulises Aguilar Careaga es hoy uno de los rostros más entrañables de la vida religiosa en Matehuala. Su historia comenzó cuando tenía apenas ocho años, guiado por sus abuelos, quienes lo llevaron por primera vez a la Catedral y despertaron en él la vocación de servir como monaguillo. Ese momento marcó el inicio de un camino que, con el paso del tiempo, se convirtió en parte esencial de su identidad. Lo que empezó como una invitación familiar se transformó en una actividad que le da sentido, alegría y una profunda conexión espiritual.

Aunque al principio Ulises sentía nervios al estar frente a la comunidad, pronto descubrió que servir a Dios era una experiencia emocionante y gratificante. Cada misa, cada rito y cada momento en el altar le enseñaron que el servicio también es una forma de expresar amor. Con el tiempo, su presencia se volvió constante y reconocida, convirtiéndose en uno de los monaguillos más apreciados por los feligreses, quienes lo ven como un joven dedicado, respetuoso y lleno de fe.

A lo largo de su trayectoria, Ulises ha participado con entusiasmo en múltiples actividades de la Iglesia, incluyendo representaciones religiosas que han marcado a la comunidad. Entre las más significativas destaca cuando se ha vestido de San Juan Diego durante las carreras y eventos organizados por la parroquia. Lo hace siempre con devoción y cariño, consciente del simbolismo que tiene esta figura para la fe mexicana. Para él, cada participación es una oportunidad para honrar sus creencias y fortalecer su pertenencia a la Iglesia.

Convencido de que la espiritualidad también se transmite con el ejemplo, Ulises invita a los niños y jóvenes a acercarse a la Iglesia y conocer la experiencia de ser monaguillo. Considera que es una vivencia “muy bonita”, capaz de inspirar valores, disciplina y un sentido de comunidad que trasciende lo cotidiano. Su mensaje es claro: servir a Dios es un acto que transforma, que da paz y que enseña a amar al prójimo desde la humildad.

Ulises reconoce que su fe es también un camino de agradecimiento. Da gracias a Dios por su salud, por su trabajo y por la familia que siempre lo acompaña: sus padres, su hermana y sus tres sobrinos, quienes son su mayor inspiración. Ellos han sido un pilar en su crecimiento personal y espiritual, celebrando con él cada paso y alentándolo a seguir adelante. En ellos encuentra la motivación para continuar su labor con alegría y esperanza.

Hoy, Ulises Aguilar Careaga continúa siendo un referente de devoción en Matehuala, un joven que demuestra que la fe puede vivirse con entusiasmo, compromiso y corazón. Su historia es la de alguien que, con humildad y constancia, ha encontrado en el servicio a la Iglesia no solo una misión, sino una forma de vida que lo llena de luz.

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