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Elucubraciones: Un problema que debió evitarse

Por El Gato Filósofo

La elección del nuevo director de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) debió ser un trámite administrativo, casi rutinario. Un proceso de esos que pasan sin ruido, con la solemnidad predecible de los claustros universitarios… pero no, pareciera que los involucrados tenían que demostrar que, cuando se trata de enredar lo sencillo, nadie supera a la propia Universidad.

Todo comenzó con la renuncia de Germán Pedroza, arrastrado por denuncias de agresión sexual que dejaron a la facultad en una crisis de legitimidad. El Consejo Técnico Consultivo reaccionó rápido y nombró a Jesús Javier Delgado Sam como director interino. Acto seguido, armó una terna razonable: Delgado Sam, Luz María Lastras y Georgina González. Tres perfiles conocidos, institucionales, previsibles.

Hasta ahí, todo en orden, pero entonces llegó el plot twist; el Consejo Directivo Universitario, ese ente que cuando algo funciona siente la necesidad casi espiritual de descomponerlo, decidió devolver la terna. Aludió dudas en los requisitos, un argumento tan elástico que podría aplicarse a cualquier académico que respire. Para muchos dentro de Derecho, aquello no fue una revisión técnica, fue un intento de boicot.

Y es que, según versiones internas, detrás del súbito escrutinio apareció un nombre: Urenda Navarro, abogada general de la UASLP, señalada por buscar colocar a alguien de su confianza en la dirección. No sería la primera vez que, en la Universidad, se intenta operar una designación desde afuera, aunque en este caso la jugada fue tan torpe que terminó por unir lo que antes estaba dividido.

Los docentes, que normalmente no se ponen de acuerdo ni para elegir el sabor del café, cerraron filas como pocas veces, defendieron la terna original, acusaron presiones indebidas, ratificaron públicamente los nombres propuestos y exigieron que no se viole la normatividad. En pocas palabras, la comunidad académica salió a defender a la Universidad de la propia Universidad.

No se trató solo de un asunto de procedimiento. Para muchos profesores, el rechazo a la terna significó un intento de usar la crisis derivada de las denuncias de violencia de género como pretexto para reconfigurar el poder en la facultad. Y esa percepción los indignó. Tanto, que defendieron el proceso como si estuvieran resguardando los principios republicanos.

Hoy, el mensaje es claro: la Facultad de Derecho no quiere imposiciones ni maniobras bajo la mesa. Tampoco quiere que el Consejo Directivo se convierta en una ventanilla para caprichos administrativos. La defensa del profesorado es, a su manera, un grito para recuperar algo que se fue perdiendo, la dignidad institucional.

Al final, todo este embrollo pudo evitarse. Bastaba con respetar la terna, dejar que la Facultad resolviera conforme a su normativa y evitar tentaciones de ingeniería política universitaria. Me da la impresión de que, en la UASLP, hay quienes todavía confunden gobernar con controlar. Ahora, sólo queda esperar que hayan aprendido la lección y que, en su momento, no sólo emitan un voto, respeten la norma.

Y así, lo que debió ser un trámite administrativo, terminó convirtiéndose en un recordatorio incómodo; en ocasiones, la autonomía universitaria necesita ser protegida de quienes, se supone, deberían garantizarla.

Cavilaciones:

Primera: Felinos que retozan en los tejados del Ayuntamiento Capitalino reportan que, en el primer círculo del alcalde Enrique Galindo, traen un peleadero y un grilladero que incluye algunos deslices personales. Aseguran que, como en el programa La Rosa de Guadalupe, de pronto, todos se percataron de que la manzana envenenada era una regidora del PRI. Curiosamente, la que más apapachos recibe del alcalde. No, pues que mejor le ponga un Oxxo ¡Miau!

Segunda: Todavía no termina el 2025 y el IMSS Bienestar ya está aplicando los recortes programados para el 2026. Por lo pronto y en calidad de mientras, ordenaron cerrar los laboratorios de análisis clínicos en los hospitales en la Zona Huasteca. Los médicos tomarán las muestras (chamba que, tradicionalmente, hacían químicos farmacobiólogos) y personal de Correos de México trasladará todas las muestras hasta el sitio habilitado para realizar los estudios. Imagínese que le cambian su muestra y, de pronto, un hombre sale embarazado y una mujer resulta con afecciones en la próstata ¡Jesús, María y José! Que Dios reparta suerte.

Tercera: Se ha consumado la reforma a la Ley de Aguas. El golpe está dado. El control del vital líquido lo tendrá Morena mientras dure en el gobierno. Ya veremos con qué carita buscan nuestros diputados federales el voto en el 2027.

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