El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó este lunes que «jamás» será removido del poder y que no traicionará el legado de Hugo Chávez ni al pueblo, en medio de crecientes amenazas del gobierno de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, advirtió recientemente que podría ordenar ataques terrestres contra grupos que califica como narcotraficantes y que asocia con Caracas.
Las declaraciones de Maduro ocurrieron frente a una multitud reunida en el palacio de Miraflores, días después de un reporte de medios estadounidenses que señala que Trump le exigió abandonar el poder durante una conversación telefónica sostenida la semana pasada.
El mandatario venezolano aseguró que su país ha alcanzado un nivel de capacidad defensiva integral sin precedentes tras 22 semanas de presión de Washington. Sostuvo que más de 6.2 millones de milicianos se han alistado para la defensa nacional y reiteró que Venezuela no aceptará una «paz de los esclavos».
La tensión aumentó luego de que Trump declarara cerrado el espacio aéreo venezolano, lo que generó especulaciones sobre un posible ataque. El gobierno de Caracas afirmó que las actividades nacionales, incluidos los vuelos, continúan con normalidad.
En paralelo, la Asamblea Nacional pospuso para este martes la designación de una comisión especial que investigará la muerte de pescadores venezolanos en incidentes con militares estadounidenses en el Caribe.
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