
El candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, encabezaba por un margen mínimo las elecciones presidenciales de Honduras, según el último corte del Consejo Nacional Electoral (CNE). Con 58% de las actas escrutadas, Asfura registraba 39.91% de los votos, apenas por encima del centrista Salvador Nasralla, quien sumaba 39.89%. La diferencia entre ambos es de solo 515 sufragios.
En tercer lugar se ubicaba Rixi Moncada, de LIBRE, con 19.16%. La ex ministra anticipó que no reconocerá los resultados preliminares. La ley hondureña no contempla segunda vuelta, por lo que quien obtenga mayoría simple gobernará entre 2026 y 2030.
La tensión creció en las horas previas al primer informe del CNE, cuando Moncada y el expresidente Manuel Zelaya llamaron a sus simpatizantes a «mantenerse en pie de lucha» hasta conocer el 100% del escrutinio. Las autoridades internacionales observan con atención la contienda, marcada por denuncias de fraude y el riesgo de que los candidatos no acepten los resultados.
La elección también estuvo atravesada por la intervención del expresidente Donald Trump, quien respaldó públicamente a Asfura y advirtió que Estados Unidos podría retirar apoyo si el candidato del Partido Nacional no gana.
Además de la presidencia, los hondureños eligieron a 128 diputados, cientos de alcaldes y miles de cargos locales, en un país donde seis de cada 10 habitantes viven en la pobreza y persisten los efectos del golpe de Estado de 2009. La campaña estuvo dominada por ataques entre los aspirantes, sin propuestas detalladas frente a problemas como narcotráfico, corrupción y bajo crecimiento económico.
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