
Cada 18 de noviembre, el mundo se une para conmemorar el Día Mundial para Prevenir la Explotación, los Abusos y la Violencia Sexuales contra los Niños y Promover la Sanación, jornada establecida por la Organización de las Naciones Unidas y que tiene como objetivo primordial crear conciencia sobre la terrible magnitud de estos crímenes y la urgente necesidad de combatirlos con estrategias integrales.
La fecha sirve como un poderoso recordatorio de que la protección de la infancia es una responsabilidad colectiva y un derecho fundamental de cada niño, instando a gobiernos, organizaciones no gubernamentales, educadores y familias a redoblar sus esfuerzos para crear entornos seguros y protectores.

El foco de esta conmemoración se centra no solo en la prevención, que abarca desde la educación sexual integral y el fortalecimiento de las redes de apoyo comunitario, hasta la erradicación del silencio y la estigmatización que a menudo rodean estos temas. También pone un énfasis crucial en la promoción de la sanación.

Esto implica garantizar que las víctimas sobrevivientes tengan acceso a servicios especializados de apoyo psicosocial, médico y legal, que sean sensibles al trauma y culturalmente apropiados. Reconocer y validar las experiencias de las víctimas es el primer paso vital hacia su recuperación y la reconstrucción de sus vidas con dignidad y esperanza.
