Columnas

Pequeños ejercicios para cultivar el amor propio

Ejercicios de psicología

En tiempos donde la comparación se ha vuelto una rutina y la autoexigencia una forma de vida, el amor propio aparece como una necesidad urgente más que como una frase motivacional. Amarnos no significa creernos perfectos ni vivir en una constante autocelebración, sino aprender a tratarnos con la misma comprensión y respeto con que trataríamos a alguien que amamos. Desde la psicología, el amor propio se entiende como la base del bienestar emocional: cuando nos relacionamos con nosotros mismos desde la aceptación, nuestras decisiones, vínculos y proyectos se vuelven más auténticos y sostenibles.

Sin embargo, el amor propio no surge de la noche a la mañana. Es una práctica cotidiana, un ejercicio de atención consciente que se fortalece con pequeños gestos. A continuación, algunos ejercicios psicológicos sencillos que pueden ayudarnos a cultivarlo:

  1. Hablarse con amabilidad.

Gran parte del sufrimiento emocional nace del diálogo interno: esa voz que critica, juzga o exige constantemente. Un primer paso hacia el amor propio es observar cómo nos hablamos. ¿Nos trataríamos igual si fuéramos nuestro mejor amigo? Un ejercicio práctico consiste en transformar la autocrítica en autoempatía: cuando algo no sale como esperábamos, podemos decirnos “estoy haciendo lo mejor que puedo con los recursos que tengo”. Este simple cambio de lenguaje alivia la culpa y refuerza la comprensión interna.

  1. Practicar la gratitud personal.

Solemos agradecer por lo externo (la salud, los afectos, el trabajo), pero olvidamos agradecer por nosotros mismos. Tomarse unos minutos cada día para reconocer un logro, una cualidad o una fortaleza ayuda a consolidar una imagen más realista y positiva de quiénes somos. No se trata de negar lo que falta, sino de equilibrar la mirada: ver también lo que ya hay.

  1. Establecer límites sanos.

Amarse también implica aprender a decir “no”. Los límites no son muros, sino puertas que regulan cómo nos relacionamos. Identificar cuándo algo nos genera malestar y comunicarlo con respeto fortalece la autoestima y previene el agotamiento emocional. Un “no” a tiempo es, muchas veces, un acto de amor propio.

  1. Cultivar el autocuidado consciente.

Más allá de las rutinas de bienestar o los hábitos saludables, el autocuidado psicológico consiste en atender las propias necesidades emocionales. Puede ser descansar, pedir ayuda, permitirse llorar o celebrar un logro. Escuchar el cuerpo y las emociones sin juicio es una forma de validación interna que sostiene la salud mental.

  1. Celebrar la imperfección.

Aceptar que no siempre podemos con todo es liberador. La perfección es una meta inalcanzable; la autenticidad, en cambio, es un camino posible. Cada error puede verse como una oportunidad de aprendizaje, no como una amenaza al valor personal.

Cultivar el amor propio es un proceso, no un destino. Requiere paciencia, práctica y ternura. Cuando aprendemos a mirarnos con compasión, descubrimos que el amor no se busca fuera: se construye, día a día, en la forma en que nos tratamos, nos hablamos y nos acompañamos. Y quizá, en esa reconciliación silenciosa con nosotros mismos, encontremos la paz que tanto buscamos en otros.

 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435

Botón volver arriba