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Elucubraciones: El milagro potosino

Por El Gato Filósofo

Hay milagros que sólo ocurren cada cierto tiempo en el valle del Potosí; que la lluvia caiga en el Altiplano, que no hay fila en las Gorditas de Morales o que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona y el alcalde Enrique Galindo Ceballos compartan foro, sonrisa y discurso en el mismo acto público de una manera franca, casi de hermanos. Eso, en San Luis Potosí, ya es digno de declararse patrimonio intangible de la gobernabilidad.

Durante las celebraciones por el 433 aniversario de la fundación de la capital potosina, ambos mandatarios aprovecharon la efeméride para mostrarse como una dupla institucional, responsable y, según los discursos, unida por el bien común. Galindo habló de estabilidad y colaboración, mientras Gallardo enfatizó la grandeza de la ciudad y el esfuerzo compartido. En un país donde la política suele ser un deporte de confrontación, verlos en modo sinfónico fue, cuando menos, refrescante.

La fotografía oficial del evento, con el gobernador sonriendo a su lado y el alcalde asintiendo con diplomacia, parece salida de un manual de buenas prácticas políticas. Es un mensaje claro; la capital y el estado pueden coexistir sin canibalizarse, sin importar los colores partidistas ni los episodios pasados en los que, digamos, las declaraciones no fueron precisamente de amistad eterna, pero en política, como en los mariachis de las fiestas patronales, siempre hay tiempo para una segunda canción. Y hoy, ambos parecen haber encontrado la armonía suficiente como para entonar el corrido de la “unidad potosina”.

Claro, el discurso de cooperación tiene también su dosis de cálculo. El anuncio de más de dos mil millones de pesos en obras conjuntas entre el estado y el municipio da sustancia a esta reconciliación institucional. Suena bien, suena grande y, sobre todo, suena conveniente: nada mejora una relación política como el aroma fresco del presupuesto compartido.

No obstante, detrás del aplauso y los fuegos artificiales del aniversario, los retos siguen ahí, pidiendo pista. La ciudad necesita más que discursos amables, demanda resultados concretos en movilidad, seguridad y servicios básicos. Las obras anunciadas deben convertirse en realidades medibles y no en promesas con placa inaugural. Y tanto el gobernador como el alcalde tendrán que demostrar que esta luna de miel no es una estrategia temporal, sino un matrimonio político, quizá por conveniencia, pero duradero.

El mayor riesgo, como siempre, es que la colaboración se quede en foto. Que la coordinación institucional sea más de escenario que de expediente. Que los 433 años de historia sirvan sólo para discursos poéticos y no para recordar que San Luis ha sobrevivido más por la fuerza de su gente que por la empatía de sus gobernantes.

Por ahora, vale reconocer el gesto: Gallardo y Galindo supieron enviar un mensaje correcto, equilibrado y, por momentos, hasta emotivo. Si la política potosina lograra mantener ese tono civilizado, sin rupturas ni pleitos públicos, el aniversario 434 podría celebrarse con más obras concluidas y menos comunicados de buena voluntad.

En tiempos donde la confrontación es la regla, ver a dos líderes sonriendo en la misma foto ya es, por sí mismo, un acto revolucionario.

Cavilaciones:

Primera: El grupo que pretende forzar la elección de una mujer como directora de la Facultad de Derecho sólo vulnera a las aspirantes. El reglamento y el estatuto orgánico son muy claros y hay igualdad de oportunidad para hombres y mujeres. Forzar sólo demerita a las precandidatas, porque lo peor que le puede pasar a una abogada es que la elijan por consigna y no por capacidades ¡Miau!

Segunda: El asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, nos hizo recordar que, en la lista de los 10 ediles ultimados en lo que va del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, está también Jesús Franco Lárraga, alcalde de Tancanhuitz, ejecutado el 15 de diciembre del 2024. Por ese homicidio, hay varios detenidos, entre ellos el expriísta, ahora morenista, exalcalde de ese municipio, Pepe Lupe Aguilar.

Tercera: La actriz Dalilah Polanco anduvo por la Huasteca Potosina los días del Xantolo. Dicen que salir de La casa de los Famosos le trajo buena suerte y ha encontrado el amor en los hermosos parajes de esa región del Potosí. Adivinen quien es el afortunado.

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