Tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, la Iglesia Católica en México expresó su preocupación por el clima de violencia que persiste en el país y llamó a la sociedad a convertirse en promotora de la paz.
El arzobispo de San Luis Potosí, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, lamentó la persistencia de los hechos violentos y subrayó la necesidad de que tanto las autoridades como la ciudadanía asuman un papel activo en la construcción de un entorno más justo y fraterno. Indicó que los obispos del país emitieron un pronunciamiento conjunto en el que se exhorta a fortalecer las políticas públicas contra la inseguridad y, al mismo tiempo, fomentar una cultura de respeto y reconciliación.
El prelado insistió en que el cambio debe iniciar desde el ámbito personal y familiar, con la formación de valores y el fortalecimiento moral de los jóvenes, para contrarrestar lo que denominó una “cultura de muerte” que normaliza la violencia.
También hizo un llamado a quienes integran grupos delictivos a reflexionar sobre el daño que causan y a buscar caminos de reconciliación, recordando que la vida humana tiene un valor irrenunciable.
Cavazos Arizpe reiteró que la violencia sólo genera más violencia, por lo que insistió en la urgencia de promover una cultura de paz basada en el respeto, la solidaridad y la esperanza. La Iglesia, afirmó, continuará elevando oraciones por la conversión de quienes siembran el miedo y por la construcción de un México en el que prevalezcan la vida y la justicia.
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