
Los cancilleres de Rusia y Estados Unidos, Serguei Lavrov y Marco Rubio, sostuvieron este lunes una conversación telefónica para preparar la reunión que los presidentes Vladimir Putin y Donald Trump acordaron realizar en Budapest dentro de dos o tres semanas.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso calificó el diálogo como un «debate constructivo», centrado en los pasos para concretar los entendimientos alcanzados por ambos mandatarios en su llamada del 16 de octubre. Washington, por su parte, señaló que la cumbre busca avanzar hacia una solución duradera a la guerra en Ucrania.
Aunque Lavrov y Rubio deberán definir la agenda y la fecha del encuentro, ninguno de los gobiernos precisó aún cuándo se llevará a cabo. El vicecanciller ruso Serguei Ryabkov afirmó que “no hay alternativa” a seguir los lineamientos fijados por Putin y Trump en su reunión previa en Alaska.
En ese encuentro, Putin exigió que Kiev retire sus tropas de las regiones ocupadas por Rusia y renuncie a ingresar a la OTAN. El Kremlin reiteró que su postura no ha cambiado, pese a versiones de que Moscú estaría dispuesto a ceder parte del territorio ocupado.
El presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, insistió en que no cederá ninguna zona y que cualquier negociación debe partir de un alto el fuego general. Aunque expresó disposición a asistir a Budapest, cuestionó que Hungría sea la sede por la cercanía del primer ministro Viktor Orban con Moscú.
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