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Personajes y desastres

Por Carlos Pérez

Además de que estos dos paisanos usan nombres dobles y tienen el mismo apellido, Andrés y Adán simbolizan algunos de los peores defectos que han llegado a predominar en los liderazgos de la política mexicana. Veamos.

Es desagradable el uso excesivo de adjetivos calificativos, pero a veces resultan útiles para caracterizar o representar perfiles de grupos de interés a partir de personas. En mayor o menor medida, son un par de farsantes o mentirosos, corruptos e incluso criminales, ambiciosos o insaciables, gandallas o aprovechados, prepotentes y pretenciosos, tercos o autoritarios, vulgares o groseros, incultos e ignorantes, obtusos o limitados, cobardes y acomplejados, mañosos o taimados… cínicos y grotescos.

Todo ello, claro, afecta también a muchos otros hombres y mujeres en la degradación actual de la política y sus vínculos con algunos empresarios, periodistas o profesionistas en general. Pero esos dos tabasqueños que se dicen “hermanos” o compadres, compendian muy bien esta desgracia nacional.

Ellos y sus seguidores no podrán ser acusados de brillantes, aunque siempre tratan de pasarse de vivos y se vuelven vivales. Son básicamente simuladores en busca de poder y dinero. Tan tontos que pensaron que nunca nadie se iba a dar cuenta de sus errores y tropelías, o de su criminalidad.

Han sido compadres y cómplices de toda la vida, y hoy subsisten en la impunidad… al menos, al día de hoy. Este no sería un problema personal, sino una catástrofe que afecta mucho a la presidencia de Sheinbaum y a México.

Al primer año de su sexenio, la popular y lamentable ejecutora de las órdenes de López Obrador se ve cada día peor al dedicarse a la propaganda para defenderlo a él y sus peores secuaces. Ya es objeto de reiteradas acusaciones de tonta, mentirosa, ineficaz e ignorante (en lugar de “doctora” o “científica”). Pero, ojo, no se trata de que caiga bien o mal, ni de que nos dé ternura ante sus apuros, sino de que el país sigue muy mal en un rumbo tan chueco.

La presidenta no la tiene nada fácil. Como un invento de Amlo… es beneficiaria directa de la degradación, pero tal vez no por mucho tiempo. No va a separarse de él y sus designios, lo cual le afectará más adelante, aunque intenta separar el poder político del crimen organizado.

Frente a tales grandes desastres, que más allá de las personas y las anécdotas resultan pésimos para México y la mayoría de los mexicanos, ésta permanece insensible, ignorante o acobardada; incluso unos prefieren no sufrir y voltean para otro lado, o sólo cuidan su chamba y el dinerito que reciben (algunos, sus posibilidades de corrupción y criminalidad). Con todo, la sociedad no reacciona ante los abusos y las graves amenazas.

Esto no le ayuda nada al país, pero igual crece el escándalo internacional y, aunque nos pueda dar vergüenza, las presiones de un poderoso vecino tan afectado como entrometido podrán apoyar mucho, sin que nos invadan.

Miren, es lamentable que la oposición se vea tan débil y desdibujada… ¡fantasmal! Destacan, sí, críticos como Guadalupe Acosta Naranjo, Enrique de la Madrid, Diego Fernández de Cevallos, Lilly Téllez, Luis Donaldo Colosio, Ricardo Anaya, Héctor de Mauleón, Carlos Loret, Macario Schettino, Beatriz Pagés, Azucena Uresti, Víctor Trujillo y otros más. Sin embargo, son pocas las acciones concretas y con perspectivas de trascender.

También hay potentes opositores como Ricardo Salinas Pliego, que dan en el blanco con cierta difusión y efectos relevantes, aunque lamentablemente se ven limitados por su historial y el peso de sus intereses personales, lo mismo que por sus planteamientos ultraderechistas y de anticomunismo trasnochado, que inclusive ofrecen a estos populistas ramplones una coartada ideológica que los estimula, pese a que no merecen justificación alguna.

Morena ha sido un movimiento amorfo e incongruente que ya intenta ser eterno, pero eso implica repetir conocidos errores históricos que se pueden volver en su contra, como en cualquier soberbia ciega o ambición desmedida que busque desafiar a los dioses: el síndrome de Hibris.

Las pretensiones de controlar todo e incluso despedazar ahora la Ley de Amparo y las posibilidades electorales de partidos competitivos, se les podrán revertir más temprano que tarde. Veo una cadena de despropósitos que van en contra de los intereses ciudadanos y de la certidumbre jurídica tan necesaria para las inversiones y la creación de empleos.

cpgeneral@gmail.com

@cpgarcieral

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