
Ciudad de México.— En el arranque del desfile militar por la Independencia, el secretario de Marina, almirante Raymundo Pedro Morales, sorprendió al reconocer públicamente un caso de corrupción dentro de la Armada, vinculado con la introducción irregular de combustibles al país bajo esquemas fiscales falsos. El alto mando aseguró que la propia institución actuó para frenar estas prácticas y reafirmó que la transparencia y la honestidad guían su labor.
El acto cívico se desarrolló en un Zócalo capitalino que apenas horas antes había congregado a más de 200 mil personas durante la ceremonia del Grito de Independencia. Desde temprano, contingentes militares ocuparon la Plaza de la Constitución para participar en un desfile que, por primera vez, encabezó una mujer presidenta, Claudia Sheinbaum.
Tras el mensaje del jefe naval, la mandataria cerró la ronda de discursos con una defensa de la soberanía nacional y la autodeterminación de los pueblos, en línea con lo expresado en la noche anterior. Sin mencionar directamente a ningún país, sus palabras fueron interpretadas como una respuesta a las tensiones con Estados Unidos.
El templete oficial mostró tanto ausencias como gestos significativos. Omar García Harfuch, titular de Seguridad federal, no participó en el acto público, lo que fuentes del gobierno atribuyeron a razones de seguridad. En contraste, la presencia conjunta de Kenia López Rabadán, presidenta de la Cámara de Diputados, y Hugo Aguilar, ministro presidente de la Suprema Corte, envió señales de conciliación política.
Concluidos los mensajes, comenzó el desfile: más de 15 mil elementos, entre ellos un número importante de mujeres, recorrieron el Zócalo, la avenida Juárez y el Paseo de la Reforma. Familias enteras se reunieron desde la madrugada para presenciar el paso de tropas, vehículos y aeronaves, en un ambiente festivo que esta vez contó con la tregua de la lluvia.
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