
En San Luis Potosí, estamos a punto de estrenar un nuevo Poder Judicial. O al menos eso dice el calendario. El 15 de septiembre deberían tomar protesta 69 jueces y juezas de primera instancia, 15 magistraturas de apelación y tres magistraturas del flamante Tribunal de Disciplina Judicial. Todo muy solemne, todo muy histórico. El único problema es que, a estas alturas, ni siquiera sabemos si esas autoridades existen en términos prácticos. Son como el gato de Schrödinger: están electas y no lo están, pueden asumir funciones y no pueden, están vivas en la propaganda, pero muertas en la realidad jurídica.
El primer detalle es casi cómico; el Consejo Estatal Electoral aún no entrega las constancias de mayoría a los ganadores de la contienda que se celebró el 1 de junio. No es negligencia, sino que los recursos de impugnación siguen pendientes en los tribunales. En otras palabras, tenemos jueces electos, pero sin certificado de existencia oficial. Son jueces en potencia, pero todavía no en acto. Y en este limbo jurídico, nadie se atreve a apostar qué ocurrirá cuando llegue la fecha marcada en el calendario. Dicen que las constancias se entregarán este viernes, pero nada es seguro.
El segundo vacío es más grave; el Congreso del Estado no ha aprobado la Ley Orgánica que regulará el funcionamiento del nuevo Poder Judicial. Es decir, ni los magistrados del Tribunal de Apelación ni los jueces de primera instancia saben con qué reglas operarán. El Tribunal de Disciplina Judicial, ese que se supone vigilará la integridad del sistema, ni siquiera tiene un marco que le permita iniciar funciones. ¿Cómo sancionar lo indebido si no existe un reglamento que defina lo debido?
Lo irónico es que la reforma se presentó como la gran apuesta para devolverle legitimidad a la justicia y, sin embargo, lo que tenemos hoy es un Poder Judicial que es y no es al mismo tiempo: electo, pero no certificado; diseñado, pero no reglamentado; anunciado, pero todavía inexistente.
En esta paradoja institucional, los ciudadanos quedan a la expectativa, observando un escenario que parece sacado de un laboratorio de física cuántica y no de un Congreso local.
Si algo demuestra este enredo es que la improvisación es la única constante. La justicia potosina empieza con el pie izquierdo, sin certidumbre, sin reglas y sin rumbo. Y mientras las autoridades resuelven si abren o no la caja de Schrödinger, lo único claro es que la justicia que se prometió como nueva y cercana al pueblo sigue siendo, por ahora, un experimento encerrado en la oscuridad.
Al final, el Poder Judicial de Schrödinger no es una simple metáfora, sino la radiografía de San Luis Potosí. Aquí, los jueces están y no están, las leyes existen y no existen, y la justicia se anuncia, pero no llega. Y si de este experimento debía surgir la credibilidad, lo que tenemos hoy es exactamente lo contrario: un gato que, cuando se abra la caja el 15 de septiembre, puede estar muerto, vivo o, lo más probable, dormido bajo la comodidad de la indefinición política.
Cavilaciones:
Primera: Ayer por la mañana, agentes de la Policía de Investigación detuvieron en Matehuala al empresario Carlos Siade Martínez, un anciano que hace algunas semanas fue ferozmente atacado por tres tipos a los que les pidió que liberaran su cochera. El hombre es acusado de tentativa de homicidio. Parece que sus agresores lo demandaron y la fiscalía se volvió eficiente en una región donde la corrupción es abiertamente expuesta por los subordinados de la fiscal general, María Manuela García Cázares.
Segunda: Alguien se está robando los recursos que corresponden a compensaciones para familiares de personas beneficiarias de las pensiones del Bienestar cuando mueren. Resulta que, cuando los deudos buscan el apoyo, los Servidores de la Nación les dicen que ya no se da el apoyo, pero cuando se investiga un poco, resulta que no sólo son cobradas dichas ayudas, sino que las pensiones de los fallecidos se siguen depositando, pero en cuentas de algunos servidores. Ojalá que los muertitos vengan y les jalen las patas a esos abusivos funcionarios del Bienestar ¡Miau!
Tercera: En la Vía Alterna es necesario armonizar el semáforo instalado en av. Juárez y Circuito Potosí. La sugerencia de los usuarios es que se debe reprogramar el tiempo de pase para que la vía cumpla realmente su función de agilizar el tráfico ¡Que se haga!