Columnas

10 de septiembre

Una oportunidad para hablar, escuchar y acompañar

Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha que no busca enfocarse en la tragedia, sino abrir un espacio necesario para el diálogo, la comprensión y la acción empática desde todos los ámbitos de la sociedad. Más allá de estadísticas frías, hablamos de vidas humanas, de historias complejas y de sufrimientos que muchas veces transcurren en silencio.

Entendamos que el suicidio no es simplemente un acto individual ni un problema que pueda reducirse a una sola causa. Es, en realidad, un fenómeno multifactorial que suele ser la expresión extrema de un malestar psicológico profundo, prolongado o desbordante. No se trata de personas “débiles” ni de actos impulsivos sin sentido, sino de seres humanos que, muchas veces, no encontraron otra salida ante un dolor que les parecía insoportable.

En lugar de enfocarnos en el miedo o el tabú, es más útil generar entornos donde hablar de salud mental no sea un acto de valentía, sino parte de lo cotidiano. El silencio y el estigma son enemigos directos de la prevención. Por eso, este día nos recuerda la importancia de aprender a escuchar, a preguntar sin prejuicios, a ofrecer apoyo y, sobre todo, a validar el sufrimiento de quienes atraviesan momentos difíciles.

Intervención

Una mirada empática implica también reconocer que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de coraje. En este sentido, la psicoterapia ofrece un espacio seguro para explorar emociones, construir recursos personales y encontrar nuevos sentidos incluso en medio del dolor. Las personas no buscan morir; muchas veces, lo que desean es dejar de sufrir. Allí es donde la intervención psicológica puede ser transformadora, ayudando a abrir nuevas perspectivas.

Pero no todo recae en los profesionales. Cada uno de nosotros puede ser un agente de prevención si estamos dispuestos a mirar a los demás con más atención, a detectar señales de alerta y a tender una mano sin juzgar. Un “¿cómo estás?” auténtico, una escucha presente o acompañar a alguien a buscar ayuda pueden marcar una diferencia real.

También es importante fomentar el autocuidado, la educación emocional desde edades tempranas y políticas públicas que prioricen la salud mental como parte integral del bienestar general. La prevención no se logra con campañas puntuales, sino con un compromiso sostenido a lo largo del tiempo.

Este 10 de septiembre, más que hablar de muerte, hablemos de vida. De lo valioso que es crear redes de apoyo, de la importancia de cuidar la salud mental y de la esperanza como camino posible, incluso cuando todo parece oscuro. Porque acompañar, escuchar y estar presentes puede salvar vidas.

 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435

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