
Más de 1,400 católicos LGBT+ y sus familiares de una veintena de países participaron este fin de semana en una peregrinación al Vaticano en el marco del «Año Santo», en un hecho histórico que marca una mayor visibilidad de la diversidad dentro de la Iglesia católica.
Organizada por la asociación italiana La Tenda di Gionata, la peregrinación incluyó recorridos por la Vía Francígena, una ruta de 130 kilómetros que termina en la Plaza de San Pedro, y la participación en misas y vigilias de oración en Roma. Esta es la primera vez que una peregrinación LGBT+ figura oficialmente en el calendario jubilar, aunque no se prevé audiencia privada con el papa.
Los participantes destacaron la importancia de sentirse incluidos en la Iglesia y esperan que estas acciones fomenten mayor apertura hacia personas LGBT+. Sin embargo, reconocen que los desafíos doctrinales y culturales persisten, especialmente respecto al acceso a sacramentos para parejas del mismo sexo.
El pontificado de Francisco promovió gestos de acogida hacia la comunidad LGBT+ y permitió bendiciones a parejas del mismo sexo, aunque la doctrina oficial no ha cambiado. Los peregrinos ven la iniciativa como un paso simbólico hacia una Iglesia más inclusiva y esperan que continúe con su sucesor.
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