Mantenerse hidratado es fundamental para el buen funcionamiento del organismo, en especial para los riñones, cuya tarea principal es filtrar desechos y toxinas. El consumo insuficiente de agua puede generar problemas de salud importantes.
Los especialistas advierten que la deshidratación constante eleva el riesgo de desarrollar cálculos renales y otras afecciones urinarias. Asimismo, reduce la capacidad del cuerpo para regular la temperatura.
El consumo de agua natural sigue siendo la mejor alternativa, mientras que las bebidas azucaradas deben limitarse debido a sus efectos negativos en el metabolismo y en la salud dental.
Fomentar el hábito de beber al menos dos litros de agua al día, acompañado de una dieta balanceada, es clave para prevenir complicaciones renales y mantener el organismo en equilibrio.
