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Víctor Yturbe “El Pirulí”: Un Recuerdo en la Memoria Colectiva

La verdad, según nos relata don Sergio Yturbe Larraga, es que Víctor nació el 8 de mayo de 1936 en la bulliciosa Ciudad de México

La figura de Víctor Yturbe, conocido cariñosamente como “El Pirulí”, ha estado rodeada de historias y leyendas que han tejido un rico tapiz en la memoria colectiva de México. Sin embargo, es fundamental desmentir algunos de estos relatos, particularmente aquellos que indican que su lugar de nacimiento fue Ciudad Valles. La verdad, según nos relata don Sergio Yturbe Larraga, es que Víctor nació el 8 de mayo de 1936 en la bulliciosa Ciudad de México.

A pesar de no haber nacido en Valles, “El Pirulí” se convirtió en una figura entrañable para sus habitantes. Era común verlo en la Col. Obrera, Ciudad Valles S.L.P. especialmente durante las giras que realizaba por San Luis Potosí, Tampico y otras localidades cercanas.

En estas visitas, el artista siempre traía consigo una chispa de alegría y entusiasmo, dejando una huella imborrable en el corazón de quienes lo conocieron. Don Sergio recuerda que cada vez que Víctor llegaba a la ciudad, lo hacía no solo como un artista, sino también como un amigo.

El verdadero nombre de “El Pirulí” era Víctor Manuel de Anda Yturbe, y su historia comenzó a forjarse en un rincón humilde de México. La vida del joven Victor dió un giro inesperado cuando empezó a trabajar como payaso en una lancha, entreteniendo a los visitantes de un hotel en Jalisco. Aquella noche fatídica, cuando el titular del show enfermó, el destino le presentó una oportunidad que cambiaría su vida. El gerente, en un acto de emergencia, decidió darle la oportunidad de brillar ante el público. Esa noche, su voz y su estilo cautivaron a todos, marcando el comienzo de su camino hacia el profesionalismo.

Fue en ese momento que la disquera Philips Records, reconociendo su talento singular, le sugirió un cambio de apellido. Así, Manuel de Anda se convirtió en Víctor Yturbe, un nombre que resonaría con fuerza en el mundo de la música mexicana.

El apodo “El Pirulí” nació no solo de su condición física, ya que en sus inicios era un joven delgado, sino también debido a su forma de vestir. Sus trajes coloridos y llamativos como payaso dejaron una impresión duradera, convirtiéndose en un símbolo de alegría y diversión.

Recuerdos nostálgicos asoman cada vez que se menciona su nombre. Don Sergio, con orgullo en su voz, comparte historias sobre cómo Víctor llegaba a la pista de Cementos Mexicanos en su avioneta, desde donde se trasladaba a su hogar en la Colonia Obrera. Una anécdota memorable es aquella en la que sorprendió a su padre, llevándolo a volar por primera vez: «Ya conoces Valles por tierra, ahora lo vas a conocer desde el cielo», le dijo, y juntos surcaron los cielos, contemplando la belleza de la ciudad desde las alturas.

Las tardes en la Colonia Obrera se llenaban de risas y recuerdos mientras Víctor recorría las calles en el Cadillac rojo de su tío, don Manuel Yturbe. Conducían lentamente, saludando a sus vecinos y compartiendo momentos de camaradería. Era un tiempo en el que la música unía a las personas, uniendo generaciones a través de las notas de sus canciones.

Para la familia de don Sergio, guardar material autografiado por “El Pirulí” representa más que un simple recuerdo; es una joya musical que encapsula momentos de felicidad y nostalgia. Cada firma, cada letra, cuenta la historia de un hombre cuya vida estuvo dedicada a hacer reír y cantar a otros.

Así, a medida que el tiempo avanza, resulta esencial recordar y honrar la autenticidad de quienes han dejado su marca en nuestra cultura. “El Pirulí” es, sin duda, un ícono de la música mexicana, pero es vital recordar que no nació en Ciudad Valles. Su legado, sin embargo, vive en cada rincón de esta ciudad que lo abrazó con amor, cultivando la memoria de un artista que nunca olvidará su conexión con el pueblo.

Fuente: Prof. Crescencio Martínez Candelario
Cronista Municipal

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