Portugal es un país repleto de destinos inolvidables, entre los que destacan cuatro lugares que no pueden faltar en el itinerario de cualquier viajero. En primer lugar, Lisboa, la capital y conocida como la ciudad de las siete colinas, ofrece una mezcla perfecta entre historia y modernidad. Lugares emblemáticos como el Castillo de San Jorge, el barrio Alfama, la Torre de Belém y el Monasterio dos Jerónimos, ambos Patrimonio de la Humanidad, hacen de esta ciudad un sitio imprescindible para descubrir la esencia portuguesa.
En el norte, Oporto se presenta como otro destino favorito gracias a su encanto especial a orillas del río Duero. Sus coloridos edificios, el casco antiguo Ribeira y el famoso vino Oporto atraen a miles de visitantes cada año. Pasear por el Puente Dom Luís I o visitar las bodegas de Vila Nova de Gaia para una degustación son algunas de las experiencias que enriquecen la visita a esta ciudad fascinante.
Al sur del país, la región del Algarve destaca por sus playas paradisíacas, siendo la ciudad de Lagos uno de los mejores ejemplos. Playas como la Praia Dona Ana, con sus acantilados de roca y aguas cristalinas, junto con la posibilidad de explorar cuevas marinas, convierten a Lagos en un destino ideal para los amantes de la naturaleza y el mar.
Finalmente, Sintra es la joya que parece sacada de un cuento de hadas, situada cerca de Lisboa. Esta localidad es famosa por sus palacios y castillos llenos de color y misterio, como el Palacio Nacional da Pena y el Castelo dos Mouros. Además, su entorno natural y parques hacen de Sintra un sitio mágico que combina historia, arquitectura y naturaleza en una experiencia única para el visitante.
