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Elucubraciones: Luisa María y Rita Ozalia ¿La guerra o la paz?

Por El Gato Filósofo

En política, como en las novelas de enredos, los amores por conveniencia suelen durar hasta que uno de los dos empieza a creerse el protagonista. Y en San Luis Potosí, Morena y el Partido Verde están escribiendo su propio capítulo de “te quiero, pero no tanto”, rumbo al 2027.

Luisa María Alcalde, la dirigente nacional del partido guinda, visitó este martes las tierras potosinas y con toda la diplomacia del mundo dejó en claro que la posibilidad de crear una alianza con el Partido Verde es una opción que está sobre la mesa, que las alianzas con el Ecologista (que gobierna San Luis Potosí y es un importante aliado a nivel nacional) y el PT se valorarán con cuidado, que habrá diálogo, y que las decisiones se tomarán con base en encuestas y otras fórmulas misteriosas que sólo conocen en la Comisión Nacional de Elecciones. Como quien dice: sí, pero no, aunque tal vez, si conviene.

En esta posibilidad, lo que reitera Alcalde es el famoso “candado antinepotismo”. En palabras simples, si eres familiar del que gobierna, ni te asomes. Una regla que, curiosamente, aún no entra en vigor constitucionalmente, pero que Morena quiere aplicar desde ya. ¿Vanguardia ética o estrategia quirúrgica? Usted decida. Al final, nada está escrito y lo escrito (como las leyes) es sujeto de interpretación a conveniencia.

Ahora, vayamos a la versión local. Rita Ozalia Rodríguez, presidenta estatal de Morena en San Luis Potosí, envalentonada y arrogante, hace días dijo que Morena debe ir solo. Su lógica parece ser que el partido tiene la fuerza suficiente, que no necesita muletas prestadas y que ya es hora de dejar atrás las dependencias electorales. Nada mal para un partido que busca consolidar su identidad, aunque eso implique cortar de tajo con grandes aliados.

Aquí es donde el guion de la novela se complica, porque mientras en la Ciudad de México se reparten sonrisas y promesas de análisis profundo, en San Luis se afilan cuchillos electorales y se cierra el paso a pactos que huelen más a oportunismo que a afinidad ideológica.

El Partido Verde, por su parte, se queda en medio. Sin decirlo, parece estar midiendo con quién le conviene más bailar; si con su socio guinda o con alguna otra fuerza que le permita seguir siendo actor principal. No olvidemos que, en 2021, le fue bastante bien, y la gubernatura que hoy ostenta lo tiene con el ego alto y la calculadora en mano, mientras que, en ese mismo año, Morena tuvo una caída estrepitosa de la que todavía no logra reponerse.

El contraste entre las dos dirigencias de Morena, la nacional y la potosina, es más que evidente. Una propone prudencia estratégica, la otra independencia tajante. Una busca tender puentes, la otra levantar bardas. Una ondea la bandera de la paz, otra declara la guerra.

Quizá, lo más irónico es que ambas visiones podrían tener razón. Morena sí tiene el músculo para competir sin aliados en San Luis, pero no tiene fuerza para ganar. Quién sabe, en una de esas y volvemos a ver un vodevil baratito como el que se armó aquella vez en el CEEPAC para impedir que Morena registrara a Ricardo Gallardo como su candidato a gobernador.

Cavilaciones:

Primera: El nuevo comandante de la 12va Zona Militar, Roberto Bernal Benítez, trae una encomienda muy clara para su estancia en San Luis Potosí. Muchos que se creían intocables dejarán de serlo ¡Miau!

Segunda: La alcaldesa de Cedral, Cinthia Segovia, apareció hace días en un evento en el que lució unos zapatos Valentino cuyo valor anda en los 23 mil pesos 600 pesitos. ¡Cualquier bobería! Dirían en el Conde Pátula.

Tercera: Dicen que el Instituto de Fiscalización Superior del Estado (IFSE) tiene preparadas unas sorpresitas para exalcaldes y exalcaldesas que pensaron que ya la habían librado ¡Grrr!

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