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¿Qué pasa si no duermes? Médico de la UASLP responde

Puede desarrollar trastornos psiquiátricos y padecimientos crónicos, advierte investigadora

Dormir mal o no dormir lo suficiente afecta directamente la salud mental. La falta de sueño prolongada puede desencadenar o agravar trastornos como la ansiedad, la depresión, el estrés crónico e incluso aumentar el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas. Además, tiene consecuencias inmediatas en el estado de ánimo, la memoria, la capacidad de concentración y la toma de decisiones. Estas alteraciones impactan de forma significativa la calidad de vida y el bienestar emocional de quienes las padecen.

Así lo explicó la doctora Laura Elena Pérez Ramos, jefa de Educación e Investigación en Salud de la Clínica Psiquiátrica e integrante del Comité Académico de Posgrado de la Especialidad de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. 

Subrayó que el buen descanso es uno de los tres pilares fundamentales de la salud mental, junto con la alimentación y el ejercicio. “Hay que seguir medidas de higiene del sueño, como evitar el uso de dispositivos digitales antes de dormir, ya sea tabletas, teléfonos, laptops o incluso la televisión. Es importante irnos a la cama sin pantallas”, recomendó la especialista.

Pérez Ramos explicó que las necesidades de sueño varían según la edad. En los adultos, dormir entre siete y nueve horas suele ser suficiente, pero en niños y adolescentes puede requerirse un periodo mayor. No dormir lo suficiente tiene efectos tanto a corto como a largo plazo.

“En lo inmediato, la falta de sueño puede provocar irritabilidad, tristeza, hambre excesiva y menor rendimiento cognitivo. Por ejemplo, si alguien estudia para un examen y no duerme bien, lo más probable es que no recuerde la información, porque no se consolida la memoria sin sueño adecuado”, señaló.

Además, dormir mal debilita el sistema inmunológico, lo que incrementa la vulnerabilidad a infecciones comunes. A largo plazo, puede haber consecuencias más serias: “Cuando no dormimos de forma adecuada por un periodo prolongado, aumenta el riesgo de obesidad, enfermedades cardiovasculares, alteraciones en el metabolismo, diabetes, entre otros padecimientos cardiometabólicos”, advirtió.

La doctora detalló que el sueño está directamente relacionado con la salud mental. “Nuestro estado de ánimo, nuestra memoria, el apetito y el sistema inmunológico dependen de un buen descanso. Por eso es importante tener una hora fija para acostarse y levantarse, como se hace con los bebés. Conforme crecemos, se pierde esa regularidad, y en la adolescencia esto se agrava por el uso prolongado de dispositivos electrónicos o videojuegos”, indicó.

El insomnio, por ejemplo, es el trastorno del sueño más frecuente. “Puede presentarse al inicio, al mantener el sueño o con despertares muy tempranos. Si ocurre tres veces por semana durante varias semanas consecutivas, ya podemos hablar de un problema de sueño”, comentó. Este tipo de trastornos pueden estar relacionados con otras afecciones mentales, como la depresión o la ansiedad.

Entre las recomendaciones que dio la especialista para mejorar la calidad del sueño están: establecer horarios regulares, apagar los dispositivos al menos una hora antes de acostarse, evitar usar la cama para actividades que no sean dormir, mantener un ambiente adecuado (ni muy frío ni muy caluroso), evitar bebidas estimulantes como el café o el alcohol, y no realizar ejercicio físico por lo menos dos horas antes de dormir.

Sobre las siestas, Pérez Ramos aclaró que no sustituyen el sueño nocturno. “Las siestas recomendadas son de entre 20 y 40 minutos. Sirven para recuperar energía, pero si se alargan demasiado o se toman muy tarde pueden interferir con el sueño de la noche”, precisó.

Finalmente, la doctora hizo un llamado a tomar conciencia sobre la importancia del descanso: “Cada vez dormimos menos por decisión propia y no pensamos en las consecuencias que esto trae a mediano y largo plazo. México es uno de los países con más casos de obesidad y enfermedades cardiometabólicas. Dormir bien es una necesidad básica que no debemos descuidar si queremos preservar nuestra salud integral”, concluyó.

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