El mango, conocido por su sabor dulce y textura jugosa, es mucho más que una fruta tropical popular. Este alimento originario del sur de Asia y ampliamente cultivado en países como México, India y Brasil, destaca por su alto valor nutricional y múltiples propiedades que benefician al organismo.
Una de sus principales virtudes es su elevado contenido de vitamina C, que contribuye al fortalecimiento del sistema inmunológico y mejora la absorción de hierro. Además, su aporte de vitamina A favorece la salud de la piel, la vista y las mucosas, convirtiéndolo en un aliado natural contra infecciones y enfermedades respiratorias.
También es una fuente importante de fibra, lo que ayuda a regular el tránsito intestinal y a mejorar la digestión. Por esta razón, su consumo moderado es ideal para quienes padecen estreñimiento o problemas digestivos leves.
El mango contiene antioxidantes como los betacarotenos y polifenoles, los cuales combaten el daño oxidativo de las células, ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro y reduciendo el riesgo de padecer enfermedades crónicas como algunos tipos de cáncer y afecciones cardiovasculares.
Por si fuera poco, esta fruta aporta energía de forma natural, gracias a sus azúcares saludables, y es perfecta como colación para deportistas o personas con alta actividad física.
Aunque es muy nutritivo, se recomienda consumir el mango con moderación, especialmente en personas con diabetes, debido a su contenido de fructosa. Sin embargo, dentro de una dieta balanceada, este fruto puede ofrecer sabor y salud en cada bocado.
