
Aunque el magnetismo es una fuerza fundamental de la naturaleza con múltiples aplicaciones tecnológicas, también puede representar diversos riesgos para la salud y la seguridad cuando se maneja sin las precauciones necesarias.
El uso de imanes de alta potencia, como los de neodimio, ha crecido en laboratorios, industrias e incluso en juguetes, pero estos objetos pueden causar lesiones graves. Si dos imanes potentes se acercan de forma repentina, pueden atrapar dedos o tejidos blandos, provocando fracturas, cortes o moretones severos.
En ambientes hospitalarios, campos magnéticos intensos como los generados por equipos de resonancia magnética pueden interferir con marcapasos u otros dispositivos médicos.
Además, el magnetismo puede afectar el funcionamiento de equipos electrónicos sensibles y dañar tarjetas bancarias, discos duros o dispositivos de almacenamiento si no se manejan con cuidado. Por ello, expertos recomiendan mantener los imanes lejos de aparatos electrónicos y consultar a profesionales antes de manipular materiales magnéticos en entornos de riesgo.
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