
Dicen que en política el que se mueve no sale en la foto, pero en San Luis Potosí, hay una figura que no sólo se anda moviendo por todo el estado, aparece en todas las fotos y también en los discursos, los vítores y las quinielas: Ruth González Silva, senadora, esposa del gobernador Ricardo Gallardo, y, a estas alturas, la virtual candidata del Partido Verde para el 2027, aunque oficialmente siga diciendo que no.
El pasado viernes, durante la toma de protesta del nuevo Comité Estatal, no hubo espacio para ambigüedades; Ruth fue la estrella. Mientras unos hablaban de organización interna, otros preferían gritarle “¡Gobernadora!” con la misma emoción con la que, en el 21, se lo decían a Gallardo. Ahí estaba todo: la base movilizada, los liderazgos alineados y el mensaje sutil, pero clarísimo, de que la sucesión ya comenzó… al menos para ellos.
No nos hagamos, si cami0na como candidata, habla como candidata y la ovacionan como candidata… bueno, puede que no esté en campaña legal, pero el prelanzamiento está en marcha y eso no tiene nada de ilegal. En todo caso, lo curioso es el juego de apariencias, ella insiste en que está concentrada en el Senado, que no tiene aspiraciones, pero cada evento partidista parece más una pasarela proselitista que una reunión interna.
El PVEM juega con inteligencia política. Mientras otros partidos siguen decidiendo si van o no solos, si van o no despiertos, el Verde va cinco casillas adelante, ya moviendo fichas, cerrando filas y vendiendo continuidad con la etiqueta “RG”. En ese escenario, Ruth es la figura más viable. Es conocida, cercana al poder, con narrativa propia y con maquinaria detrás.
Claro, el discurso oficial se sigue cuidando. “Si el pueblo quiere…”, dicen. Como si fuera una de esas películas de Disney donde el reino entero pide a gritos que la princesa tome el trono y ella apenas considera la idea, sorprendida y sonrojada. Muy inspirador, pero detrás de los gritos espontáneos, hay estrategia, hay línea, y hay calendario.
Lo cierto es que el Partido Verde, nos guste o no su estilo, está haciendo lo que debe hacer un partido político; organizarse, movilizarse y perfilar liderazgos con tiempo. El resto puede que despierte en 2026 y se encuentre con una contienda ya condicionada, porque aquí no se improvisa nada. Esto ya se está cocinando a fuego lento desde hace rato.
Cavilaciones:
Primera: Después de la toma de posesión de Verónica Rodríguez como presidenta reelecta del Comité Estatal del PAN, Enrique Galindo Caballos debe valorar muy bien a los panistas que tiene en su gabinete. La mayoría, cuidando el hueso, agreden a la disidencia encabezada por Lidia Argüello azuzados por la propia senadora Rodríguez. El equipo del alcalde capitalino con aspiraciones de gobernador debe tener claro que tiene la dirigencia, pero no el partido y que, si tiene un enemigo en Acción Nacional, es su aparente aliada. Este filósofo no es pitoniso, pero tiene sentido común.
Segunda: Con el pretexto de que los manda llamar el gobernador, los alcaldes dejan por días y hasta semanas su responsabilidad. Algunos no tienen pudor y se dejan ver en espectáculos públicos, otros se van de vacaciones o de fin de semana. A ver si les van midiendo resultados porque basta con pararse en las plazas principales de cada uno de los 59 municipios paras saber de qué pata cojean ¡Miau!
Tercera: Este felino expresa su más sentido pésame a la familia de David Rangel Tapia «El Dandy». Se adelanta en el camino, pero deja un gran legado ¡Hasta la vista, Dandy!