
Conocida por generaciones como un remedio natural, la manzanilla es una planta medicinal que ha ganado un lugar en hogares, consultorios herbolarios y hasta en investigaciones científicas por sus múltiples propiedades curativas.
Utilizada comúnmente en forma de infusión, la manzanilla tiene efectos antiinflamatorios, digestivos, calmantes y antiespasmódicos. Es recomendada para aliviar dolores estomacales, reducir el estrés y favorecer el sueño. “Una taza de té de manzanilla después de la comida ayuda a la digestión y también tiene un efecto relajante en el sistema nervioso”, explicó la herbolaria Patricia Gómez, especialista en medicina tradicional.
Además de sus beneficios internos, la manzanilla también se emplea para tratar problemas en la piel. Lavados o compresas con esta planta pueden aliviar irritaciones, conjuntivitis leve o picaduras de insecto. También es un ingrediente común en cremas, shampoos y productos cosméticos por su efecto suavizante.
Estudios recientes respaldan su uso como auxiliar en el tratamiento de la ansiedad y el insomnio, gracias a compuestos como los flavonoides, que actúan directamente sobre el sistema nervioso central. No obstante, los expertos recomiendan su consumo con moderación y consultar con un médico si se está embarazada o se toman medicamentos.
La manzanilla, además de ser económica y fácil de conseguir, representa un ejemplo de cómo la herbolaria tradicional puede complementar los cuidados de la salud moderna.