Cuidar la salud bucal va más allá de una cuestión estética; es una parte fundamental del bienestar general. Una buena higiene dental puede prevenir enfermedades como la caries, la gingivitis e incluso padecimientos más graves que afectan el corazón o los pulmones.
Especialistas en odontología coinciden en que los buenos hábitos deben comenzar desde la infancia y mantenerse durante toda la vida. “Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con una pasta dental que contenga flúor es esencial, pero también lo es usar hilo dental y visitar al dentista cada seis meses”, explicó la doctora Mariana Leal, cirujana dentista.
Una de las prácticas más importantes, pero a menudo ignoradas, es el uso correcto del hilo dental, el cual ayuda a eliminar los restos de comida y placa entre los dientes, zonas donde el cepillo no alcanza. Asimismo, enjuagues bucales recomendados por profesionales pueden complementar la limpieza diaria.
Por otro lado, la alimentación también juega un papel crucial. Evitar el consumo excesivo de azúcares, refrescos y alimentos procesados ayuda a mantener los dientes fuertes. Frutas, verduras, lácteos y agua simple son aliados importantes en la salud bucal.
Finalmente, los expertos recuerdan que la prevención es siempre mejor que el tratamiento. Las limpiezas profesionales, los chequeos periódicos y los tratamientos a tiempo pueden evitar complicaciones costosas y dolorosas.
