Moscú.- Horas después de sostener una conversación telefónica con Donald Trump, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó la mayor ofensiva aérea contra Ucrania desde el inicio del conflicto, con el lanzamiento de 550 drones y misiles durante la madrugada de este viernes. El ataque se concentró principalmente en Kiev, aunque también afectó a las regiones de Dnipro, Sumy, Járkov y Chernigov.
El presidente ucraniano, Volodymir Zelensky, calificó el ataque como “cínico y de gran magnitud” e hizo un llamado urgente a los aliados occidentales para reforzar los sistemas antimisiles Patriot. Las autoridades ucranianas reportaron una persona muerta y 23 heridas en Kiev, 14 de las cuales fueron hospitalizadas.
Según la fuerza aérea ucraniana, se utilizaron 539 drones tipo Shahed, seis misiles balísticos Iskander-M, cuatro misiles de crucero Iskander-K y un misil hipersónico Kinzhal. Las defensas lograron interceptar 438 objetivos, aunque se registraron daños en 33 sitios.
Rusia afirmó que el ataque fue en respuesta a “actos terroristas del régimen de Kiev” y que alcanzaron objetivos estratégicos como fábricas de drones, un aeródromo militar y una refinería.
En represalia, Ucrania atacó con drones varias regiones rusas, incluyendo Moscú, Kursk y Belgorod. Uno de los blancos fue una planta que produce componentes para drones, provocando un incendio considerable.
Además, se reportó la muerte del subcomandante en jefe de la Armada rusa, Mijail Gudkov, y otros diez oficiales, tras un ataque ucraniano con misiles Himars en Kursk.
Ambos países confirmaron un nuevo intercambio de prisioneros heridos, el octavo desde abril, sin revelar cifras.
