Mientras el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto continúa siendo una de las instituciones de salud más importantes del estado, su personal vive una realidad por demás preocupante, no sólo por la afectación que les genera como trabajadores, sino por el impacto que puede tener en el servicio y la atención que se les proporciona a las personas que lo necesitan. Hay adeudos salariales, descuentos ilegales, maltrato administrativo y condiciones laborales cada vez más indignas. De ahí las protestas que se suscitaron este jueves 26 de junio.
Lo que ocurre no es un simple conflicto laboral; es la evidencia de una profunda crisis estructural que comenzó a gestarse hace varios años, cuando el Gobierno de la República tuvo la brillante idea de federalizar la salud y creó fallido INSABI, luego dio paso al modelo IMSS-Bienestar, pero de todo, ninguno.
Hoy, el problema estalla en protestas, denuncias y una creciente indignación dentro del personal médico y administrativo. La promesa de federalización vino sin el respaldo financiero suficiente, y la consecuencia es clara; el personal quedó atrapado en el limbo burocrático, trabajando sin recibir lo que, por derecho, les corresponde.
Hay testimonios de trabajadores que no han recibido pagos por horas extra, días festivos ni primas de antigüedad. A ello, se suman denuncias por la falta de insumos, tratos humillantes desde las jefaturas y, en algunos casos, acoso laboral. La indignación es justificada. Nadie puede ni debe salvar vidas en condiciones laborales que atentan contra su dignidad y su integridad física y emocional.
El Gobierno del Estado ha dicho que gestiona ante la Federación los recursos necesarios, pero gestionar no basta. La Secretaría de Salud se ha visto rebasada por el tema y es importante reiterar que la salud no puede esperar, tampoco quienes la sostienen.
El Hospital Central no está en crisis por sus médicos, ni por sus enfermeros, ni por el personal que día a día sigue cumpliendo con sus funciones. Está en crisis por decisiones mal ejecutadas, por una transición federal mal planeada y por la falta de compromiso para priorizar al personal. ¿Cómo exigir calidad y calidez en el servicio, cuando los trabajadores ni siquiera tienen certidumbre sobre su salario?
Cavilaciones:
Primera: El joven David Olvera López logró llenarnos de alegría tras su hazaña al romper el récord mundial y el Güines de nado libre en Nueva York. El muchacho, de origen huasteco, nadó alrededor de la isla de Manhattan, unos 48 kilómetros, en tan sólo cinco horas con 34 minutos. Justo cuando el ánimo de los mexicanos en Estados Unidos está mermado, viene este muchacho y nos recuerda que el trabajo, la disciplina, el amor y la fe, todo lo vencen. Gracias, David, por la inmensa alegría que le das a nuestro país y a nuestro pueblo ¡Miau!
Segunda: Ayer, en Matehuala, les «cayó el chahuistle» a los policías municipales. Hubo una revisión a los elementos y por poco y se dan sus moquetes con los de la Guardia Civil. Nadie sabe, nadie supo si encontraron irregularidades o si todo quedó en un round de tanteo.
Tercera: La nueva carretera Zacatecas-Ahualulco, entregada ayer por el gobernador Ricardo Gallardo, permitirá transitar con mayor seguridad por esa zona que fue fatal para muchos usuarios. De todas formas, este felino recomienda que conduzcan con precaución cuando manejen en carretera.
