Nanacamilpa, Tlaxcala.- Cada noche de verano, los bosques de oyamel y pino de Nanacamilpa se transforman en un espectáculo natural de luces y asombro. Miles de luciérnagas de la especie Photinus palaciosi, endémica de México, llenan el aire con una danza luminosa que marca su ritual de apareamiento y deslumbra a quienes visitan el Santuario de las Luciérnagas.
Este fenómeno, que se extiende de junio a agosto, ha convertido a Nanacamilpa en uno de los destinos ecoturísticos más importantes del país. La comunidad local ha desarrollado un modelo sustentable para preservar el hábitat de estas especies, protegiendo los bosques y regulando el acceso de visitantes mediante senderos controlados y recorridos nocturnos guiados.
Además del espectáculo natural, el santuario ofrece una experiencia cultural y gastronómica única. Visitantes pueden disfrutar de mixiotes tradicionales, tlacoyos de masa azul recién salidos del comal y pulque artesanal, todo en un entorno que celebra las raíces y sabores de Tlaxcala.
Autoridades y prestadores de servicios turísticos locales invitan a vivir esta temporada con respeto por la naturaleza y las normas del santuario, recordando que el verdadero encanto de este destino radica en su armonía entre la biodiversidad y las costumbres de la región.
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