En los laboratorios de medicina regenerativa de todo el mundo, una criatura mexicana está desplazando a las ratas de laboratorio y modelos celulares tradicionales. El ajolote (Ambystoma mexicanum), símbolo cultural de México y habitante ancestral de los canales de Xochimilco, se ha convertido en la estrella inesperada de una revolución científica.
Este anfibio tiene una habilidad extraordinaria: puede regenerar patas, médula espinal, partes del cerebro e incluso órganos internos… y hacerlo sin dejar cicatrices. Su secreto está en la desdiferenciación celular, un proceso mediante el cual las células adultas vuelven a un estado similar al embrionario para reorganizarse y reconstruir lo que falta. Algo que la medicina humana apenas empieza a comprender.
Un estudio publicado por Nature Communications señala que compuestos como el ácido retinoico, presentes en el ajolote, son claves para esta regeneración. Además, investigaciones de la Universidad de Northeastern y del Instituto Max Planck buscan replicar estos mecanismos en humanos mediante terapias con células madre, edición genética y uso de nanopartículas.
“El ajolote no es una rareza. Es un modelo clínico con aplicaciones reales”, afirma la doctora Elena Gómez, investigadora del Instituto Nacional de Biotecnología. No obstante, advierte que la aplicación directa en humanos aún tomará tiempo. “Estamos ante un cambio de paradigma, pero debemos avanzar con rigor científico y responsabilidad”.
Por su parte, el bioeticista Andrew Geller señala que los avances en regeneración también abren debates sobre los límites éticos de la medicina: ¿Hasta dónde debe intervenir la ciencia en el cuerpo humano?, ¿qué implica alterar la biología natural con genes de otra especie?
Mientras estas preguntas se discuten, la ciencia avanza. El ajolote, con su rostro sonriente y su cuerpo larvario que nunca envejece del todo, sigue cautivando tanto a biólogos como a médicos. Tal vez no sea exagerado pensar que este pequeño anfibio esté revelando, paso a paso, el camino hacia una medicina capaz de regenerar lo que hoy parece imposible.
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