
Un reciente estudio basado en datos del telescopio espacial James Webb ha planteado una hipótesis tan sorprendente como intrigante: nuestro universo podría estar dentro de un agujero negro.
El análisis de 263 galaxias reveló que el 60% de ellas giran en sentido horario, una asimetría que, según algunos científicos, podría coincidir con predicciones teóricas sobre los agujeros negros giratorios. Esta peculiar distribución ha abierto la puerta a nuevas interpretaciones sobre el origen y la estructura del cosmos.
Sin embargo, los expertos advierten que la muestra es aún limitada y que podrían existir sesgos observacionales. Por ello, subrayan la necesidad de obtener más datos antes de confirmar o descartar esta llamativa posibilidad.
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