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La señora

* Por Carlos Pérez García

Pues sí. Todo eso nos afectaría mucho menos si no se tratara de la presidenta de nuestro país. Pero al proteger por encima de todo a su cuestionado mentor, no sólo acredita lealtad y agradecimiento sino actitudes obtusas e irresponsables, que resultan tan negativas como peligrosas hasta para ella misma. ¿Cómo?

Sus reacciones ante cuestionamientos concretos del expresidente Zedillo han sido fatales. Aunque tardías, las críticas no son contestadas realmente… Sheinbaum ha pretendido llevar la contra con insultos, acusaciones y ataques a su persona y su familia. Si está equivocado, creo yo, que se le refute con hechos y números o que se recurra a auditorías confiables… a las que ella se niega. Que se aclare lo que se pide aclarar… de cualquier lado.

Quiere ponernos a hablar del Fobaproa de hace 30 años, una medida inevitable y justificada que se ha aplicado en todo el mundo aun con abusos específicos, a fin de que no hablemos de la actual destrucción de la democracia y del poder judicial, de la violencia desbordada, de la negligencia y corrupción en los fallidos megaproyectos, de las mentiras sobre el campo de exterminio de Teuchitlán, de los quebrantos multimillonarios de PEMEX y CFE, de la recesión económica, del grave desbordamiento de la deuda, del continuado desabasto de medicamentos, de la enorme corrupción e impunidad, de los intentos de echar abajo la libertad de expresión, de las averiguaciones en Estados Unidos sobre López Obrador y otros morenistas…

Se trata, digamos, de la escapatoria más cobarde frente a una valentía de la mayor relevancia. Y no resulta equiparable aquel sexenio de hace un cuarto de siglo con el presente período 2018-2025. Incluso CSP se ha negado a aceptar que puedan ser auditados ambos lapsos por prestigiados profesionistas internacionales independientes. Simplemente, no le conviene.

Lo más revelador aquí es que, a falta de argumentos y datos duros, la despótica señora ha amagado con perseguir a un ciudadano que discrepa y a su esposa, de tal modo que da la razón a quienes afirman que se transita a una dictadura en la que libertades como la de expresión habrían de ser abatidas. Todo ello viene a ser un dechado de ruindad.

Una tras otra se van validando las críticas de los expresidentes Zedillo, Fox y Calderón, así como tantas otras de innumerables ciudadanos. Eso sí, siguen sin conocerse expresiones de Carlos Salinas y Enrique Peña sobre estos trascendentes ámbitos de destrucción de la democracia liberal, el estado de Derecho, los indispensables contrapesos y las perspectivas económicas.

El propósito del gobierno ha sido distraer e intimidar a fin de eludir la pertinente rendición de cuentas y mantener la ilimitada impunidad de una mafia encabezada por López Obrador, que básicamente lo que busca es mantenerse en el poder.

Al parecer, Ernesto Zedillo quiere compensar al país que fue él quien permitió la ilegal candidatura de AMLO a la jefatura de gobierno del Distrito Federal en el año 2000, lo que le abrió el camino para que continuara con sus desmedidas ambiciones. Pero, más allá de personas y antecedentes, lo grave es que se le está negando el futuro a una nación libre y próspera.

No está claro qué va a pasar y, ojo, no podemos depender sólo de instancias fuera del país.

* LA LIBERTAD ES ESENCIAL, aunque los ultraconservadores o extremistas de derecha han buscado apropiarse del concepto para esgrimirlo en su beneficio. A un destructivo populismo autoritario que ni es de izquierda, hay que enfrentarlo con un astuto liberalismo actualizado que sea en verdad progresista, tanto en lo político como en lo económico.

En México, Ricardo Salinas Pliego, un agresivo multimillonario de los medios que en su radicalismo está contra la misma existencia del gobierno y los impuestos, desaprueba a Zedillo por defender la democracia porque, dice, ésta permite que los populistas lleguen al poder. Se consideran libertarios y algunos llaman “comunistas” a los populistas ramplones, lo cual los estimula al sentirse justificados con una vieja ideología izquierdista que ni siquiera entienden.

Igual, los numerosos apoyadores en las elecciones y las encuestas de popularidad se asocian no sólo al poder de la demagogia y los repartos de dinero, sino también a que sus adversarios de clases medias y altas los llaman ignorantes y muertos de hambre, con lo que los aferran aún más a Morena y sus presidentes. Barbaridades de un lado llevan a tonterías contraproducentes.

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@cpgarcieral

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