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Maternidad Real

Por Estefanía López

La maternidad es una de las experiencias más profundas y transformadoras en la vida de muchas mujeres, pero también está cargada de ideales, expectativas y presiones sociales que pueden generar un profundo impacto emocional. Desde la idea de ser la «madre perfecta» hasta los juicios constantes sobre decisiones personales (como amamantar, trabajar fuera de casa o cómo criar a los hijos), las madres suelen sentirse atrapadas entre lo que se espera de ellas y lo que realmente pueden y desean hacer.

Es importante reconocer que muchas de estas expectativas están construidas culturalmente. No nacemos con una idea fija de cómo debe ser la maternidad; la aprendemos a través de los medios, la familia, la escuela y la sociedad. Estas normas pueden volverse una fuente de ansiedad, culpa o sensación de insuficiencia. Uno de los pasos más importantes para mantener la salud mental durante la maternidad es cuestionar activamente esas creencias: ¿De dónde vienen? ¿Realmente me representan? ¿Son saludables para mí y mi familia?

Otra herramienta fundamental es establecer límites emocionales y sociales. Es común que familiares, amistades o incluso desconocidos ofrezcan opiniones no solicitadas sobre la crianza. Aprender a decir “gracias, pero prefiero hacer las cosas de otra manera” no es solo un acto de autoafirmación, sino también un modo de proteger tu bienestar emocional. No todas las críticas son constructivas, y muchas veces reflejan más las inseguridades del otro que una verdad sobre tu maternidad.

Además, es crucial dar espacio a las emociones reales. Ser madre no significa estar feliz y agradecida todo el tiempo. El cansancio, el agobio, la tristeza o incluso el arrepentimiento ocasional son emociones humanas válidas. Negarlas solo incrementa el malestar. La práctica de la autocompasión (entenderte y tratarte con amabilidad) es clave para disminuir la autoexigencia y prevenir trastornos como la depresión posparto o la ansiedad.

En cuanto a estrategias concretas para mantener la salud mental, la psicoterapia individual o grupal puede ser de gran ayuda. Hablar con profesionales permite procesar emociones, identificar creencias limitantes y construir herramientas para afrontar la maternidad desde un lugar más consciente. También es muy beneficioso construir una red de apoyo: otras madres, amigas, familiares o grupos comunitarios pueden ofrecer comprensión sin juicio.

Finalmente, no hay que olvidar lo básico: descanso, alimentación y tiempo personal. Aunque suene simple, muchas madres se sienten culpables por dedicarse tiempo a sí mismas. Pero una madre agotada no puede cuidar bien. Cuidarse no es egoísmo, es una forma de amar también a los hijos desde un lugar más sano y equilibrado.

La maternidad no debería vivirse como una prueba constante de desempeño. Si no como un camino único, complejo y valioso que merece ser transitado con autenticidad, libertad y apoyo.

 

Estefanía López Paulín
Contacto: psc.estefanialopez@outlook.com
Número: 4881154435

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