
Aunque sea difícil de creerlo porque tal vez lo hayamos visto en grandes grupos en muchos de los paisajes carreteros de nuestro país, o tirando de un carretón de basura cerca de nuestra casa, el burro mexicano está en peligro de extinción. Los datos indican que de 1991 a la fecha, este singular animal ha reducido su población en un 75%, pasando de 1.5 millones a solo 300 mil hoy en día.
Los burros pueden llegar a ser unos animales muy simpáticos si son criados en lugares dignos y en condiciones idóneas. Además de ser un gran elemento para trabar en el campo, el burro es muy inteligente, sobre todo al momento de recordar cosas, llegando a vivir hasta 40 años.
En Otumba, Teotihuacán, Estado de México, existe un santuario que se encarga de preservar esta especie. Desde 2006, Burrolandia, que también funge como parque temático, busca aumentar el número de ejemplares de este animal, a la vez que educa a la población de su importancia, enseñan sobre sus zonas de vida silvestre y demuestran las mayores bondades de los burros. El recinto, además, cuenta con un paseo por el lugar a bordo de un pequeño tren.
Burrolandia también ofrece otras vías para apoyar la causa del burro mexicano; por ejemplo, con su programa de apadrinamiento, los visitantes pueden contribuir a lo largo de tres a 12 meses con la alimentación de uno de los burros que viven en este lugar, ya sea en especie (alimento) o con dinero. Hay que recordar que los burros que habitan Burrolandia han sido rescatados de situaciones de maltrato o abandono, y al parecer hay varios burros esperando turno para acceder al santuario y relajarse.
Seguiremos informando / Con información de Más de México