
El abogado Tomás Coronado Zárate denunció públicamente las irregularidades que habría cometido Gabriel Alan Salazar Soto en perjuicio de la empresa Quickshine al haber manejado durante un tiempo sus temas fiscales y emitir al menos una factura millonaria que le generó una importante carga fiscal a la empresa y por la que nunca se recibió una remuneración al respecto.
Explicó que Quickshine es una empresa que provee servicios de limpieza, sin embargo, en cierto momento, Salazar Soto, abusando de las facultades que tenía al manejar la contabilidad, emitió una factura a la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado, misma que no se reportó debidamente. Tras investigar el hecho y cuestionar al señalado de esta situación, la respuesta fue que se había confundido y que, en realidad, la factura debía ser de otra empresa que también administraba.
Coronado Zárate explica que, luego de diversas investigaciones, descubrieron que Gabo Salazar no es contador ni abogado, es decir, estuvo usurpando funciones y manipuló a conveniencia documentos e información de la empresa y, ahora, se niega a hacerse responsable. El litigante sostiene que, de acuerdo con las estimaciones que han realizado, el perjuicio asciende a casi medio millón de pesos, razón por la que insisten en que se aclare este suceso.