
Respecto a las autorizaciones para construir el mega-proyecto habitacional “Plan San Luis” en el terreno que alguna vez fueron las plantas de cobre, zinc y arsénico del poderoso Industrial Minera México (IMMSA), la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (Segam) se deslindó de autorización o revisión de las posibles afectaciones que tendrían a la población.
Yvette Salazar dijo que es responsabilidad de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgar permisos, mientras que el Ayuntamiento deberá hacer el cambio de uso de suelo, de minero a habitacional.
Es responsabilidad de Grupo México realizar los trámites con las dependencias federales y municipales, para que ellas determinen la factibilidad de esta gran obra, señaló la secretaria estatal. La empresa debió presentar los informes de impacto ambiental y de remediación del sitio al Gobierno Federal, si no, ni una casa podrían construir
Por su parte, los representantes de IMMSA que se dedicaron a “placear” el gran proyecto a fraccionadores y a medios de comunicación, señalaron que ya cuentan con todos los estudios necesarios para que les otorguen los permisos federales y que para el cambio de uso de suelo tienen “prendida una veladora”.
Luego de la presentación del gigantesco proyecto que comprende 470 hectáreas de construcción, entre centros comerciales y más de 7 mil 500 casas, surgieron diversas críticas sobre la viabilidad de elaboración de viviendas en esta zona que por años ha estado contaminada por la gran cantidad de desechos de la mina.