Uncategorized

El botón de pánico no sirve de nada: testimonio de un chofer

La semana pasada, este portal de noticias compartió la nota que, a partir del próximo 15 de enero, aumentará la tarifa del transporte urbano, pasando de un costo de $9.50 a $10.00. Por supuesto que los usuarios no tardaron en manifestarse, ya que, en la capital potosina, desde hace un tiempo atrás, cada “ajuste”, en lo que hay que pagar para trasladarse en el transporte público, implica una molestia que se fundamenta en lo no correspondido por el servicio que prestan las compañías dueñas de las flotillas; problemas tales como las condiciones de la unidad, la apatía de los choferes, la falta de más rutas, la impuntualidad, entro otros. En esta ocasión, códigosanluis.com realizó un ejercicio para conocer el punto de vista de un operador de transporte urbano en cuanto a este tema; de la misma manera, aprovechamos la plática con el chofer para que nos platicara la rutina de su trabajo, el trato que la gente le da a él y de sus experiencias en un turno de casi 14 horas.

Eran medio día en la Alameda Central de San Luis Potosí capital; el paradero de camiones que se encuentra sobre la calle de Othón apenas contaba con algunas unidades, si bien las escuelas pospusieron su regreso hasta el día de mañana, los centros laborales regresaban a sus actividades normales, por lo que el flujo de gente en las calles apenas tomaba su auge. Las unidades de transporte urbano recogían a algunos usuarios, en los parabrisas todavía se distingue el precio del pasaje actual: $9.50 general, $4.75 para estudiantes e Inapam.

Con la noticia del inminente aumento que se dará el próximo 15 de enero a la tarifa del transporte, no cabe duda de que habrá molestias y demandas entre los ciudadanos. Lo obvió era realizar un sondeo para conocer la opinión de cada una de las personas, sin embargo, en esta ocasión, decidí subirme al camión para saber la opinión del chofer y tener, ahora, su punto de vista de la situación.

Como casi no había opciones para elegir una ruta en específico, abordé el único que tenía a unos pasos, era un 24 con número económico 007, sí, como el famoso espía británico. Desde antes de subir, quise plantearle al chofer mi deseo de entrevistarlo, sin embargo, decidí acercarme hasta su lugar para explicarle en pocas palabras la actividad. En ese momento, no me percaté que ya había cruzado las barras que van marcando la subida de las personas, no me quedó mayor remedio que pagar mi pasaje aún sin obtener nada favorable de mi comitiva.

Esperé hasta que el chofer terminara de cobrar a todos aquellos que se habían subido, no me moví de mi lugar cuando una vez más el camionero se dirigió a mí para preguntarme qué era exactamente lo que pedía, traté de contestar de inmediato antes de perder mi última oportunidad.

Le expliqué que la entrevista era para conocer, en primer lugar, su opinión sobre el tema del aumento a la tarifa, y en segundo lugar para que me hablara un poco sobre su trabajo, a lo que solo me contestó: “pero te vas conmigo toda la ruta”, “por supuesto”, le respondí mientras me acomodaba en un incómodo asiento para preparar el equipo.

Ya en mi lugar, sosteniendo el micrófono y el celular, comencé la transmisión justo cuando íbamos cruzando el puente Universidad en dirección hacia la Glorieta Juárez. El chofer se presentó: “soy Sinué Tristán Torres, llevo 13 años tras el volante y es un oficio que me agrada porque me despeja de mi ambiente personal, además de que percibo muy buenos ingresos económicos”.

Después de su presentación, comencé con las preguntas a la vez que evitaba en todo momento entrometerme en su ejecución al conducir. “¿Cuál es tu postura en cuanto al aumento en la tarifa del transporte público?”, Sinué, sin titubear, comenzó aceptando que sí será una problemática para el usuario, aseguró que en realidad son los patrones los que tienen que ver en el ajuste del precio porque ellos tendrán que lidiar con los ajustes del diesel, “siempre tendrá que ver con los precios del diesel”, continuaba diciendo mientras nos enfilábamos hacía la avenida Salvador Nava Martínez.

Sinué contestaba las preguntas de manera muy puntual, se resignó a la idea de que la gente no tiene en muy buen concepto a los operarios del transporte urbano, “no somos unas blancas palomitas, pero al menos yo trato de tener al 100 mi unidad y seguir todas las reglas impuestas por la Secretaria de Comunicaciones y Transportes”, dijo relajado y en todo momento poniendo atención al camino. Gracias a la hora del día, el tráfico en la ciudad era menor, por lo que pronto cubrimos una gran parte de la ruta en poco tiempo.

Después de terminado el tema de la tarifa, decidí evocarme a cuestionamientos propios de su oficio, “¿cómo es la vida cotidiana de un chofer de transporte público?”. Del lado izquierdo del volante había un papelito doblado sujetado cerca de la ventana, Sinué lo tomó para mostrarlo a la cámara, comenzó a explicar: “me levantó a las 4:50 para dar mi primera vuelta a las 5:50, mi última vuelta la doy a las 18:20, termino como a las 20:20-20:40 y ya estoy en mi casa como a las 22:00”.

Tratando de evitar mi asombro, me apresuré a decirle, “¿es decir que trabajas poco más de 14 horas diarias?”, a lo que tranquilamente contestó: “así es”. Poco a poco la charla se tornó más relajada, Sinué me contó que las mentadas de madre son su pan de cada día, situación a la que ya se ha acostumbrado, consciente que, así como hay personas muy agradables, hay otras que solo salen de su casa a quejarse de todo.

Al chofer apenas le hicieron algunas paradas en toda la avenida Industrias, camino donde me continuó platicando de la inseguridad, en su propia experiencia, el botón de pánico no sirve para nada, ya que a partir de que uno lo oprime, el protocolo que sigue Seguridad Pública es demasiado tardado, tanto así que ya cuando arribaron a la unidad afectada, el hecho ya se ha consumado, sin detener a los presuntos delincuentes, todo esto, Sinué lo explicó con un tono resignado, convencido de que la inseguridad ha rebasado la capacidad de actuar de la policía.

En los últimos tramos de Industrias, Sinué Tristán Torres se quejó del tráfico, de los baches y de los usuarios, al mismo tiempo que insistía en la recomendación de tener paciencia por el aumento tarifario, pero deseó que todo sea por el bien de San Luis. Me despedí de la transmisión agradeciendo que nos haya dado raite para compartirnos su punto de vista, un poco de su vida y de su trabajo. Me bajé en Industrias y Periférico, el 007 continuaba un último tramo antes de comenzar de nuevo su recorrido entre la selva de asfalto.

 

Seguiremos informando

Botón volver arriba