Recordemos que el proceso de domesticación del maíz, inició hace aproximadamente diez mil años con los antiguos habitantes de Mesoamérica a partir de los teocintles, gramíneas muy similares al maíz que crecen de manera silvestre principalmente en México y parte de Centroamérica y que hasta nuestros días forma parte de nuestra alimentación diaria.
Los primeros vestigios que se tienen del maíz son en cuevas situadas en El Riego, Coxcatlán, Purrón, Abejas, Santa María, Palo Blanco, Venta Salada y Ajalpan en el municipio de Tehuacán en el Estado de Puebla, pero las de mayor evidencia son Coxcatlán, Purrón, San Marcos, Tacorral y El Riego, razón por la cual es conocido como la Cuna del Maíz. Pertenece a la familia de las Poáceas o Gramíneas y es uno de los granos alimenticios más antiguos que se conoce.
México es el centro de origen del maíz y el de mayor diversidad en el mundo con más de 300 variedades derivadas de 64 tipos nativos, además de que se puede consumir en diferentes estados de maduración resaltando que también sus hojas y mazorca son utilizadas para diferentes cosas. El maíz es una gramínea de múltiples usos, ya sea en grano entero, cocido, molido, fermentado o nixtamalizado (cocido con cal), la variedad de preparaciones es inmensa, de aquí, las tradicionales tortillas que son la base para unos ricos tacos, sopas, tamales, quesadillas, sopes, variedad de atoles y hasta bebidas como el pozol, tesgüino, etc.
Hoy 29 de septiembre se establece la fecha en que es aprobada la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo, por lo que será reconocido como el Día Nacional del Maíz y más importante aún, como patrimonio cultural y alimentario del país ya que es símbolo de identidad de los mexicanos y una aportación milenaria para el mundo, de esta manera se evitarán las alteraciones genéticas del mismo que lo puedan convertir en transgénico.
Con esta Ley se reconoce la producción, comercialización, consumo y diversificación constante del maíz nativo como una manifestación cultural nacional y su protección como una obligación del Estado que garantice el derecho humano a la alimentación nutritiva y de calidad a través de los sistemas tradicionales de cultivo ya que en las últimas décadas, México se convirtió en el primer país importador de maíz a consecuencia de las políticas públicas.
El objetivo del maíz transgénico es resistir a diversas plagas y tolerar un herbicida llamado glifosato que ha sido ligado al cáncer y no es recomendable su consumo. A través de la polinización y las corrientes de aire, el maíz transgénico contamina al nativo, así es como de manera lenta pero efectiva se filtra en las nuevas generaciones de este. La planta transgénica es endeble y depende de la existencia de la planta original, si esta desaparece, el maíz podría extinguirse para siempre, así que esperamos que la aprobación de la nueva Ley Federal dé los resultados esperados.
