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41 Aniversario Luctuoso del Padre Xavier Enrique Guerrero Briones

Una figura cuya vida y legado siguen resonando en la historia de Ciudad Valles y la Huasteca

Este 7 de diciembre se conmemora el 41 aniversario luctuoso del Padre Xavier Enrique Guerrero Briones, una figura cuya vida y legado siguen resonando en la historia de Ciudad Valles y la Huasteca. Nacido el 15 de julio de 1904, en un contexto tumultuoso, el padre Xavier mostró desde joven un compromiso inquebrantable con su vocación religiosa y su comunidad.

Durante la guerra cristera, un conflicto que marcó a México entre 1926 y 1929, el joven Xavier enfrentó adversidades inimaginables al ser encarcelado por su fe. Sin embargo, estas experiencias no hicieron más que fortalecer su deseo de servir a los demás. Ordenado sacerdote en 1930 por el obispo Miguel M. de la Mora, comenzó su labor pastoral en distintos lugares, hasta llegar a Ciudad Valles el 2 de enero de 1934.

A su llegada, el panorama era desolador: un templo devastado por la revolución mexicana y el conflicto religioso. Con determinación, el padre Xavier se propuso transformar esta realidad. Su esfuerzo culminó en la creación del Santuario de la Virgen de Guadalupe, que más tarde sería elevado a catedral por el Papa Juan XXIII. También impulsó la construcción de varias iglesias y la capilla del cementerio municipal, dejando huellas imborrables en el paisaje urbano y espiritual de la región.

Su legado no se limitó a la arquitectura; fue un pilar en la educación, contribuyendo a fundar instituciones como la Preparatoria Valles y el Colegio Motolinía, y desempeñando un papel fundamental en diversos patronatos de asistencia social, como el Asilo de Ancianos y la Cruz Roja Mexicana. Su labor docente y su participación como articulista y comentarista enriquecieron culturalmente a su comunidad.

El 7 de diciembre de 1984, el padre Xavier falleció a los 80 años, dejando un vacío difícil de llenar. Fue sepultado en la parroquia Santiago de los Valles, el mismo lugar que acogió su vida y obra. Su dedicación y entrega le han valido el título de «Apóstol de la Huasteca», un reconocimiento que perdura en la memoria colectiva y que inspira a las nuevas generaciones.

Recordemos hoy al Padre Xavier, no solo por sus logros materiales, sino por su profundo amor hacia su comunidad y su incansable búsqueda de un mundo mejor. Que su espíritu nos guíe en el camino del servicio y la solidaridad.

Colaboración: Prof. Crescencio Martínez Candelario. Cronista Municipal

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