
Ante una de las mejores entradas de los últimos años, se llevo a cabo la primer corrida del año en la Monumental Plaza de Toros Fermín Rivera-El Paseo, en donde el rejoneador potosino Sebastián Torre tomó la alternativa de manos del español Pablo Hermoso de Mendoza, teniendo como testigos a los matadores de a pie José Mauricio y Leo Valadez. Se lidiaron cuatro toros de Bernaldo de Quirós para los de a caballo y cuatro las de Pepe Garfias para los de a pie. Leo Valadez fue el gran triunfador al indultar al séptimo de la noche.
Con el de la alternativa el potosino Sebastián Torre estuvo voluntarioso, pero denotando los nervios de lo que implicaba la corrida, por lo que luego de despachar a su enemigo con una estocada muy trasera, tuvo división de opiniones.
Con el que cerró plaza, se vio mucho mejor el potosino, más asentado y superando los nervios iniciales, cuajó una buena faena, lamentablemente volvió a matar con una estocada trasera y caída por lo que se bajó del caballo para utilizar la espada de descabellar, después de varios intentos despachó al de Quirós.
Pablo Hermoso de Mendoza con el primero de su lote realizó una faena del agrado del público y al final escuchó palmas.
Con el quinto de la noche el navarro salió a buscar el triunfo ante un toro que fue de menos a más, el público le reconoció su entrega. Pinchó en su primera oportunidad con lo que se le fue la oreja para después tardar en doblar con el segundo intento. Escuchó palmas.
José Mauricio por su parte con el tercero de la corrida, un toro con mucha plaza de Garfias poco pudo hacer, pero como despachó de estocada, el público guardó silencio cuando se retiró al burladero entre palmas.
Con el sexto de noche poco pudo hacer el torero avecindado en San Luis Potosí, ante un toro que no embistió, lo mató al segundo intentó, y después tuvo que utilizar la espada de descabello hasta en siete ocasiones.
Leo Valadez fue el gran triunfador del festejo toda vez que con el cuarto realizó una faena completa desde la capa, puso banderilla y con la muleta realizó una interesante faena mató de estocada, pero el toro se amorcillo y cuando dobló el puntillero lo levantó hasta en dos ocasiones por lo que se le fueron la orejas, aún así escuchó palmas.
Pero el triunfo grande llegó con el penúltimo toro de noche el cual fue bravo y noble, situación que aprovechó el hidrocálido para cuajar una gran faena que al final valió para perdonarle la vida al astado de Garfias y así ser el máximo triunfador del festejo.